miércoles, 21 de agosto de 2013

Capítulo 8


Buscándola y buscándola me choqué con Gonzalo .

-¿Qué haces aquí?- Le pregunté intentando poner la mejor de mis caras.-

-Estoy buscando a María, ¿dónde está?.-

-Si lo supiera estaría con ella- Y no se lo diría además, no creo que sea bueno para María verle ahora- ¿Qué querías?.-

-Hablar sobre lo que me dijo el otro día, supongo que te lo ha contado, que no se quiere casar conmigo porque le gusta otro, pero quiero que entienda que no tiene otra opción y quiero intentar que estemos como antes, y a ti también te estaba buscando, ¿te has enterado ya lo del príncipe Antonio?- Fue explicando Gonzalo.-

-Si vas a decirle eso a María, mejor que no le digas nada, sabe que se tiene que casar contigo así que dale tiempo a que se acostumbre y se haga a la idea y, ¿qué es lo de Antonio?- Me asusté.-

-Mejor que te lo diga tu padre y le pones las pegas a él, gracias por todo- Dijo esto y se fue.-

 

Durante el resto del día me quedé pensando lo de aquel príncipe, ¿quién sería? Pensando y pensando me acordé, me lo dijo mi padre el día encerraron a Carlos y Dani. ¡No!, creo que en aquel momento decidí olvidar esas palabras de “Pues te adelanto que estamos acordando tu compromiso con el príncipe Antonio” que dijo mi padre aquel día, a eso se refería Gonzalo... ¡Pues no! No me va a pasar como María, no me voy a casar con alguien que ni conozco, esto ya lo hablaré con mi padre, ahora la importante es María. Pero no voy a separarme de Carlos, otra vez no, no puedo.

 

{...}

 

A la mañana siguiente nos despertaron temprano para prepararnos, al bajar estaba todo listo, ¡el salón estaba precioso! Los invitados estaban llegando, y nosotras estábamos casi listas.

 

{...}

 

Llegó el momento de empezar con la ceremonia.

Narrado por María

El día no fue muy especial, preparativos y gente.

 

{...}

 

Al día siguiente estaba todo precioso, la pena es que fuera a compartirlo con Gonzalo; todavía no sé como voy a ver a Dani y a Carlos, supongo que David nos lo dirá.

Me fui a una sala y empezaron a peinarme y vestirme. Cuando estuve lista la ceremonia comenzó.

Salí al salón y todo el mundo se me quedó mirando, que vergüenza. Y ahí estaba Gonzalo esperándome, fui caminando hacia él.

Llegué y todo el mundo se quedó mirándonos, ¡me quiero ir!

Comenzó, todo muy bonito pero llegó el momento que no quería que llegase, el “Sí quiero”. Digo que si... Digo que no... Digo puede. Estoy hecha un lío, bueno, hecha un lío no porque quiero a Dani.

-Gonzalo, ¿aceptas a María como esposa, para amarla, cuidarla y respetarla durante el resto de tu vida?- Dijo el cura.-

-Sí quiero- Dijo Gonzalo sonriendo.-

-Y tú María, ¿aceptas a Gonzalo como esposo, para cuidarle, amarle y respetarle durante el resto de tu vida?.-

Con dos simples palabras lo cambiaba todo, me gustaría desaparecer ahora mismo, no estar aquí, ser feliz por una vez.

Mi obligación es decir que sí, pero mi corazón me dice que diga que no, ¿a quién hago caso? En estos momentos me estreso mucho; María, es tu obligación, si estas con Dani y papá no lo permite a lo mejor le harán algo como encerrarle eternamente, así que la respuesta esta clara, me dije a mí misma. ¿Me traiciono? María, solo tienes una opción y es cumplir tu deber, y esa respuesta es el “Sí quiero” así que...

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