Buscándola
y buscándola me choqué con Gonzalo .
-¿Qué haces
aquí?- Le pregunté intentando poner la mejor de mis caras.-
-Estoy
buscando a María, ¿dónde está?.-
-Si lo
supiera estaría con ella- Y no se lo diría además, no creo que sea bueno para
María verle ahora- ¿Qué querías?.-
-Hablar
sobre lo que me dijo el otro día, supongo que te lo ha contado, que no se
quiere casar conmigo porque le gusta otro, pero quiero que entienda que no
tiene otra opción y quiero intentar que estemos como antes, y a ti también te
estaba buscando, ¿te has enterado ya lo del príncipe Antonio?- Fue explicando
Gonzalo.-
-Si vas a
decirle eso a María, mejor que no le digas nada, sabe que se tiene que casar
contigo así que dale tiempo a que se acostumbre y se haga a la idea y, ¿qué es
lo de Antonio?- Me asusté.-
-Mejor que
te lo diga tu padre y le pones las pegas a él, gracias por todo- Dijo esto y se
fue.-
Durante el
resto del día me quedé pensando lo de aquel príncipe, ¿quién sería? Pensando y
pensando me acordé, me lo dijo mi padre el día encerraron a Carlos y Dani. ¡No!,
creo que en aquel momento decidí olvidar esas palabras de “Pues te adelanto que
estamos acordando tu compromiso con el príncipe Antonio” que dijo mi padre
aquel día, a eso se refería Gonzalo... ¡Pues no! No me va a pasar como María,
no me voy a casar con alguien que ni conozco, esto ya lo hablaré con mi padre,
ahora la importante es María. Pero no voy a separarme de Carlos, otra vez no,
no puedo.
{...}
A la mañana
siguiente nos despertaron temprano para prepararnos, al bajar estaba todo
listo, ¡el salón estaba precioso! Los invitados estaban llegando, y nosotras
estábamos casi listas.
{...}
Llegó el
momento de empezar con la ceremonia.
Narrado por
María
El día no fue
muy especial, preparativos y gente.
{...}
Al día
siguiente estaba todo precioso, la pena es que fuera a compartirlo con Gonzalo;
todavía no sé como voy a ver a Dani y a Carlos, supongo que David nos lo dirá.
Me fui a
una sala y empezaron a peinarme y vestirme. Cuando estuve lista la ceremonia
comenzó.
Salí al salón
y todo el mundo se me quedó mirando, que vergüenza. Y ahí estaba Gonzalo esperándome,
fui caminando hacia él.
Llegué y
todo el mundo se quedó mirándonos, ¡me quiero ir!
Comenzó,
todo muy bonito pero llegó el momento que no quería que llegase, el “Sí quiero”.
Digo que si... Digo que no... Digo puede. Estoy hecha un lío, bueno, hecha un lío
no porque quiero a Dani.
-Gonzalo,
¿aceptas a María como esposa, para amarla, cuidarla y respetarla durante el
resto de tu vida?- Dijo el cura.-
-Sí quiero-
Dijo Gonzalo sonriendo.-
-Y tú María,
¿aceptas a Gonzalo como esposo, para cuidarle, amarle y respetarle durante el
resto de tu vida?.-
Con dos
simples palabras lo cambiaba todo, me gustaría desaparecer ahora mismo, no
estar aquí, ser feliz por una vez.
Mi obligación
es decir que sí, pero mi corazón me dice que diga que no, ¿a quién hago caso? En
estos momentos me estreso mucho; María, es tu obligación, si estas con Dani y
papá no lo permite a lo mejor le harán algo como encerrarle eternamente, así
que la respuesta esta clara, me dije a mí misma. ¿Me traiciono? María, solo
tienes una opción y es cumplir tu deber, y esa respuesta es el “Sí quiero” así
que...
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