miércoles, 9 de abril de 2014

CAP 5 (ST)

Narrado por Inés
Miedo. Eso es exactamente lo que sentía en ese momento. Mi cuerpo estaba totalmente inmóvil pero tenía ganas de correr lo más rápido que mis piernas me permitieran y salir de ahí. Estiré el brazo asta que mi mano encontró la de María y la tomé fuertemente.
-Por fin os encuentro- Habló la misteriosa voz del que nos estaba siguiendo.-
Me quedo mirando un punto fijo recapacitando en sus palabras, en su voz, y caí. Era su voz. Me solté la mano y comencé a girarme con el corazón latiéndome demasiado rápido.
Cuando me encontré cara a cara con esa persona, mi cuerpo soltó toda la tensión acumulada, ya podía respirar bien. Mis ojos enseguida encontraron los suyos, con los ojos de Carlos. Instantáneamente fui a abrazarlo y acercarlo lo más posible a mí, estaba aterrada.
-Me tenías muy preocupado- Dijo dándome un beso en el pelo- Que os vayáis por la mañana a montar un rato está bien, pero no podéis desaparecer hasta caer la noche como ahora. Por suerte os he encontrado rápido.-
-Es que nos hemos perdido.-
-Vamos a casa.-
Nos separamos y Carlos, al igual que María subieron a sus respectivos caballos, yo en cambio, cogí a Midnight de las riendas y comencé a caminar.
-¿Por qué no subes a tu caballo? Queda mucho camino por delante- Preguntó Carlos.-
-Está herido de la pata y no puede soportar mucho peso.-
-Vamos a hacer una cosa, ¿puede caminar hasta que lleguemos?- Asentí- Bien.-
Se bajó de su caballo y se acercó al mío, cogió las riendas y las ató a las de su caballo. Acto seguido se subió a él y me tendió la mano.
-Monta.-
Le tomé la mano subiendo a su caballo, rodeé su cintura con mis brazos y emprendimos rumbo a palacio.
-¿Y qué os pasó exactamente?.-
María le contó todo lo que había pasado desde que escuchamos los caballos acercarse, la cara de Carlos no tenía una expresión exacta, a parte de que como iba detrás suya no le podía ver bien.
-Eso ha sido cosa de Alba, seguro- Afirmó mi chico- Esta vez se ha pasado bastante, y mira que ha hecho cosas fuertes.-
No se habló más en el resto del camino y tras varios minutos llegamos. Dejamos a los caballos en su cuadra correspondiente y nos fuimos, tengo que acordarme de pedir que venga un doctor para Midnight.
-Inés, María, no podéis desaparecer así como así sin avisar a nadie- Nos regañó mi padre al entrar- Me teníais muy preocupado.-
-Lo siento.-
-No pasa nada, será mejor que comáis algo y vayáis a descansar, lo necesitáis.-
Tras comer algo, los tres subimos las escaleras rumbo a la habitación para echarnos un rato en la cama, la verdad yo necesitaba dormir.
Antes de entrar vimos a Alba viniendo en nuestra dirección.
-¡Oh! Estáis aquí, creí que no apareceríais más, estabais perdidas- Dijo con esa sonrisa malvada. Carlos tiene razón, Alba envió a esos hombres para que nos persiguieran.-
-Alba, estupideces tuyas hemos soportado muchas, una detrás de otra, pero esta vez te has pasado bastante, no te creí tan miserable como para hacer algo así- Soltó María.-
-¿De qué hablas?.-
-Contrataste a unos hombres para que nos siguieran al bosque e intentaran matarnos.-
-¿Yo? La verdad, es buena idea, ¿cómo no se me ocurrió antes?.-
-¡Deja de ser tan cínica y asúmelo! Mentir lo único que hace es empeorar los hechos.-
-A ver, si me creéis o no me da igual, yo no he sido, si queréis creerme bien, y si no, adiós.-
Bajó las escaleras dejándonos más confundidas de lo que estábamos. Entramos a la habitación, María y yo nos cambiamos las ropas sucias y nos metimos en la cama.
Mi cabeza no paraba de darle vueltas a lo del bosque: Los hombres persiguiéndonos, los disparos, Midnight. Alba esta vez me ha dado mucho miedo, y lo peor es que lo niega, ¿quién más podría ser?
-Buenas noches- Dijo Carlos saliendo por la puerta.-
-Buenas noches- Le contestamos María y yo.-
La noche estaba en toda su energía, todo estaba oscuro y muy silencioso, solo se escuchaba el sonido del viento contra la ventana.
En mi cama lo único que hacía era dar vueltas y más vueltas, no puedo dormir sabiendo que está la posibilidad de que no despierte para ver el sol del día siguiente. Me destapé y me levanté con cuidado de no despertar a mi hermana.
Caminé por el frío y oscuro pasillo hasta quedar en frente de la habitación en la que se alojaba Carlos, abrí la puerta poco a poco y asomé la cabeza. Se movía de un lado a otro, por lo visto ninguno de los dos podíamos dormir. Me acerqué y se percató de mi presencia cuando me senté al borde de la cama.
-¿Qué pasa?.-
-No puedo dormir- Le miré- ¿Me puedo quedar aquí?.-
-Pues claro que sí, ven- Destapó la cama mostrándome hueco y me tumbé a su lado. Sus brazos se colocaron en mi cadera para rodearme y yo coloqué mis manos en su pecho- ¿Por qué no puedes dormir?.-
-¿Y tú?.-
-Pregunté yo primero. Y no puedo dormir por todo lo que ha pasado hoy.-
-Pues ya somos dos.-
-No tengas miedo, si alguien te quiere hacer algo primero tiene que pasar por encima de mí, y con María igual, mientras Dani está fuera le prometí que la cuidaría.-
-Gracias- Susurré.-
-No tienes que darlas- Me dio un pequeño beso en la nariz- ¿Intentamos dormir?- Asentí- Vamos.-
Nos quedamos en silencio a ver si alguno conseguía dormir, creía que no sería posible, peri finalmente el sueño me venció.
Narrado por Dani
Ataques. Defensas. Muertes. Heridos. Bombas. Miedo. Así era cada uno de mis días. Llevamos aquí poco más de una semana y los portugueses nos superan muchísimo en número de soldados. Aún no sé cómo sigo aquí luchando. En estos días conocí a Rodrigo, un chico de mi edad soltero y muy simpático, prácticamente al único que podía llamas amigo en este infierno. Pero por desgracia lo mataron ayer, lo mataron porque él me salvó la vida. Estaba distraído mirando algo a lo lejos que no me dí cuenta de que estaban a punto de dispararme, él me apartó haciendo que cayera y que él recibiera el impacto de la bala. Poco antes de que eso ocurriera le conté mi motivo por sobrevivir, María; el por su parte, me dijo que esto lo hacia por mantener a su familia ya que al alistarse en el ejército te dan una buena cantidad de dinero.
Aún recuerdo las palabra que me dijo antes de que se fuera para siempre: “Prométeme que vivirás por tu chica, y prométeme que vivirás la vida que yo no podré vivir”, dicho esto cerró los ojos y no se volvió a mover, su pecho ya no subía y bajaba, ya no me apretaba la mano.
Limpié las lágrimas que caían de mis ojos y me concentré en que la cena no se me quemara en el fuego.
Así es como termina este octavo día para dar lugar a otro todavía peor. Ahora nos hallábamos cenando algo de la poco comida que teníamos para subsistir mientras estemos aquí, cuando se acabe tendremos que robarla.
Escuché un ruido cerca de aquí, pasos sigilosos, estaba claro que el que caminaba no quería que lo encontrasen. Me levanté, cogí el primer arma que pillé a mano y caminé en dirección del ruido. Mis pasos eran lentos y silenciosos, doblé la esquina de una tienda de campaña y vi una sombra de un hombre, le apunté con la intención de matarle pero me vio, su reacción no fue como esperaba, pensaba que sacaría otro arma y me apuntaría hasta que solo uno sobreviva, pero al contrario de mis pensamientos, el misterioso hombre levantó las manos y me miró con ojos suplicantes.
-No me mates, por favor- Por ese acento y esa manera de hablar deduje que era portugués. No dije nada, solo mantuve mi posición- Por favor.-
-¿Por qué no he de hacerlo?.-
-Sólo quiero salir de aquí, no voy a hacerte nada.-
Me estaba replanteando seriamente si ayudarle o no, las palabras “no te relajes ante nadie, lo más probable es que sea una trampa” que me dijo el Capitán antes de venir me hacían sentirme inseguro.
-¿Cómo sé que no me engañas y que esto no es una trampa? ¿Qué razón tienes tan importante para que te deje vivir y marcharte?.-
-Yo desde un principio no quería venir, mi padre me obligó para ganarme su respeto igual que hizo con mis hermanos años anteriores, pero yo no valgo para esto, yo no sé luchar para matar a una persona. Ahora mismo lo que más deseo es volver con la chica a la que amo, no puedo alejarme de ella- Su historia, me recuerda a mí. Mientras iba contando solo me imaginaba a María. Este hombre y yo estamos en la misma situación, pero aún no sé si creerme esto o no, pero parece bastante sincero con lo que dice.-
-¿Cuál es tu nombre?.-
-Jesús.-
Resignado bajé el arma y me acerqué a él. No voy a dejarle tirado pero aún no me fío lo suficiente.
-Yo soy Dani.-
Observé a Jesús lo que la luz de la luna me permitía, era un poco más alto que yo, pero y ojos oscuros. En sus manos sostenía algo con fuerza.
-¿Qué es eso?- Pregunté señalando con la cabeza.-
Sin decir nada me pasó un bonito medallón de plata que hasta hace nada parecía que protegería con su vida, lo abrí y había un dibujo muy bien hecho de él, y al otro lado de una chica, muy guapa si digo la verdad. Supongo que será la chica que me dijo.
-¿Lo has hecho tú?- Afirmó- Es precioso.-
-Gracias.-
No tengo nada más en su contra que me haga dudar de él, es que lo miro y me veo reflejado. Nos sentamos los dos en el suelo para hablar.
-¿Cómo pensabas salir de aquí?.-
-Supongo que colándome en algún barco que transporte a los fallecidos.-
-No creo que sea buena idea, si descubren que huyes tus superiores se encargarán de matarte con sus propias manos- El asintió, sabía que estaba en lo cierto.-
-¿Quién es la chica?- Preguntó de repente.-
¿Perdón?- Dije confundido.-
-La pulsera que llevas puesta es de mujer, ¿también hay una chica especial en tu vida?.-
-Sí- Dije en apenas un susurro.-
-¿Quién es? Digo, no me tomes a mal, pero la pulsera parece bastante cara y no mandan a marqueses y príncipes a la guerra- Reí ante su comentario.-
-No es que sea nada de eso, mi novia sí.-
-¿En serio? ¿En España no es de casarse la clase alta con los de su clase y a los demás ni mirarlos?.-
-Sí, pero tras luchar no tienen otro remedio que soportarlo- Reímos.-
-Tienes suerte.-
-¿Y tú?.-
-Se llama Lucía, nos conocimos de pequeños y hace unos meses me atreví a pedirle que fuera mi novia.-
Estuvimos hablando gran parte de la noche, pero ya es hora de que vayamos a dormir si queremos ser útiles mañana. Nos levantamos cada uno dispuesto a irse por su camino.
-Dani, eres bastante bueno, ¿me ayudarás a volver?.-
-Por supuesto.-
-Gracias. Lo mismo digo por ti.-
-Buenas noches.-
Cada uno tomó una dirección diferente. Me fui dentro de mi tienda, me tumbé y me cubrí con la fina manta que tenía. Me quedé pensando en Jesús, en Rodrigo, en María, ¿cómo estará? Mis ojos se fueron cerrando poco a poco conduciéndome a la mejor parte del día: El sueño. El único lugar donde no hay problemas y puedo estar con María el tiempo que quiera, haciendo lo que quiera hasta vivir en esta pesadilla otra vez.
Narrado por Felipe
-Lo siento Señor, no conseguimos encontrar a las Señoritas.-
-¿Qué? ¡Os encargué una misión fácil! ¿Y no sois capaces de cumplirla?- Dije enfadado.-
-Lo siento Señor, yo...- Interrumpí.-
-Retiraos.-
-Pero...-Interrumpí de nuevo.-
-¡Retiraos!.-
Sin decir nada más se fueron. Nadie es capaz de hacer lo que pido, ahora me vienen estos dos idiotas diciendo que no han podido encontrar a Inés y a María, no es tan difícil acabar con ellas. Pero claro, nada de esto pasaría si mi “querido tío” no quisiera que sus hijas fueran las herederas, pero ¿desde cuando eso está permitido? Claro, como es el rey todos le tienen que obedecer. Si mis dos malditas primas no hubieran nacido yo sería el sucesor, y todo el reino sería mío: pero lo será cuando Inés y María queden fuera del mapa, no tendrán otra opción que heredarme a mí todas las tierras.
Como suelen decir, si quieres algo bien hecho tienes que hacerlo tú mismo.

Mañana les haré una visita sorpresa a mis primitas.
---------------------------------------------
PERDON por tardar :SSS Culpad a @mariaagozalvez por distraerme jejejeje bueno aqui esta el capi :)) os quierooooL

lunes, 3 de marzo de 2014

Capítulo 4 (ST)

Narrado por María
Los días posteriores pasaron rápido, demasiado para mi gusto, Dani se iría mañana sin fecha fija de regreso. No es que hayamos estado desperdiciando el tiempo, al contrario, lo hemos aprovechado todo lo posible estando los dos solos, pero sin embargo hay miles de cosas que aún no hemos hecho y que me moriría por hacer, pero ya no hay tiempo suficiente. Sé que tengo que tener esperanzas, pero ¿quién en mi situación no pensaría como yo? Yo creo que nadie, siempre está ese miedo que te carcome por dentro y no te permite hacer mucho. Inés y Carlos, además de estar juntos tras estar separados tanto tiempo, han estado con Dani y conmigo, ahora sí estamos como antes, los cuatro juntos siendo uno, como debía ser. Pero ya está anocheciendo y mañana en la madrugada Dani cogería el barco para viajar a Portugal, luchaba por no derramar las lágrimas que luchaban por salir de mis ojos, pero tarde o temprano acabaría cediendo.
-¿Lo tienes todo listo Dani?- Preguntó mi padre y Dani no hizo más que asentir apretándome la mano con mucha fuerza- Bien, os dejo solos- Dijo saliendo de la habitación.-
Las lágrimas no tardaron en salir, sin hacer el más mínimo ruido Dani me abrazó hundiendo su cabeza en mi cuello y así permanecimos inmóviles, de vez en cuando escuchaba a Dani sollozar sabiendo que estaba llorando. Seguimos poco tiempo más así hasta que Dani rompió el abrazo para mirarme directamente a los ojos, lo observé, sus ojos azules ahora con tonos rojizos por el llanto me observaban sin expresión alguna.
-¿Qué haces?- Le pregunté.-
-Observar cada detalle tuyo, quiero recordar cada milímetro de ti cuando esté allí- Dijo tras unos segundos de silencio que se me hicieron eternos.-
No hubo más conversación, para qué, me miraba y le miraba y nada más existía a nuestro alrededor. Algunas personas se sentirían incómodas al estar así, pero no es mi caso, me sentía bien, muy bien.
-No quiero que me vaya y tener un recuerdo de los dos llorando, no quiero que nuestra despedida sea así.-
-¿Y cómo quieres que sea?.-
-Quiero tu sonrisa, María. Una vez más.-
-No puedo- Dije negando con la cabeza.-
Sin decir nada más Dani se fue acercando poco a poco a mí para darme un beso, unimos nuestros labios y comenzamos amoverlos suavemente. Posó su mano en mi mejilla para profundizar un poco más y yo rodeé si cintura con mis brazos. Sin separarse dio un paso hacia atrás lo que me hizo a mí avanzar hasta que se paró y comenzó a echarse hacia atrás arrastrándome con él. Estábamos tumbados en la cama, yo sobre él. Bajó su mano por mi cuello, por mis hombros, por mi espalda hasta llegar a mi cadera, posó una mano ahí y volvió a subir la otra al cierre de mi vestido comenzando a desatarlo. Yo, por mi parte, desplacé una mano al borde de su camiseta y comencé a subirla. Ambos necesitábamos esto. Mientras él se deshacía lentamente de mi vestido yo le quitaba poco a poco su ropa hasta quitarla completamente. En un giro inesperado se colocó sobre mí y comenzó a dejarme húmedos besos en el cuello mientras yo enredaba mis manos en su pelo.
-Te amo- Sonrió.-
-Yo también- Hice un intento por sonreír.-
Y segundos más tarde fuimos uno, diciéndonos lo mucho que nos amábamos, lo mucho que nos necesitábamos, lo mucho que no echaríamos de menos.

 {...}

Caímos rendidos respirando entrecortadamente, Dani me abrazó por la cintura apretándome hacia él y a mí no se me borraba la sonrisa de la cara.
-Así es como quiero recordarte, feliz- Me besó la nariz.-
-Te quiero.-
-Te amo.-
Tras seguir unos minutos más con una de nuestras conversaciones cursis nos fuimos a dormir.
Desperté, no sé muy bien qué hora sería exactamente, solo sé que al girarme Dani ya no estaba, se ha ido. Me quedé allí tumbada un rato más pensando en a saber qué mientras esperaba que el sol se hiciera más fuerte. Un fuerte ruido me desconcentró, la puerta.
-¿Quién es?.-
-¿Estás despierta?- Se asomó Inés.-
-Pasa- Dije sentándome- Dime.-
-Pensé que estarías, no sé, deprimida y he venido para animarte un poco. Después dirás que soy mala hermana- Dijo riéndose endose en lo último.-
-Estoy bien, en serio- Me miró- Pero no me importaría pasar el día contigo.-
-Pues vamos a desayunar que tengo hambre- Se levantó de un salto y salió e inmediatamente la seguí.-
Al bajar no había ni un alma, que raro, desayunamos en silencio y nos dirigimos a los establos para dar un paseo en caballo.
-¿Dani se despidió de ti?- Le pregunté ensillando a mi precioso caballo color canela con una mancha blanca en el ojo derecho.-
-Sí- Dijo en apenas un susurro.-
-¿Por qué no me dijo nada?.-
-Supongo que no quería despertarte, porque si me lo dijo era porque estaba despierta con Carlos; y aparte, creo que también era para irse bien, quiero decir, que no creo que al despertarte y tu poniéndote triste sea lo mejor para que Dani se vaya, porque se hubiera quedado contigo- Lo que dice tiene sentido , pero me hubiese gustado que me hubiese dicho algo. Es cierto que me hubiese quedado mal, pero por lo menos algo.-
-Anda, dejemos los dramas a un lado y vamos a montar- Dijo Inés subiendo a su caballo.-
Imité su gesto y monté, segundo después pusimos rumbo hacia el bosque. Nos adentramos poco a poco hacia lo más profundo de aquel siniestro lugar.
-¿Y dónde dejaste a Carlos? ¿Con Alba?- Caí de repente.-
-Ni loca. Se fue a pasar el día con Paula y David, su hermana está embarazada y creo que él está mas pendiente del niño que David.-
-Carlos algún día será un gran padre- Le comencé a mandar una indirecta.-
-Sí, la verdad es que sí- Dijo con su sonrisa tonta.-
-Y a mí me encantaría ser tía- Creo que lo pilló porque su cara cambió rápidamente.-
-¿Qué? ¡María! ¡No! Quiero decir... ¡Cállate!- Se puso roja y yo no podía parar de reír- ¡Pero no te rías!.-
-Es que n...no puedo- Seguí riendo mientras intentaba calmarme. Imposible- Deberías haber visto tu cara.-
-Pues que sepas que...- Se calló de repente- ¡María cállate!- Tuve que callarme de repente porque su cara y su voz no iban para nada con nuestra animada conversación- Escucha.-
Nos quedamos inmóviles y controlando la respiración para que no se escuche ni un suspiro. Me concentré completamente y no se escuchaba nada, ¿qué mosca le ha picado? Me puse a escuchar otra vez a ver si ahora lograba captar lo que Inés me decía, pero no había ni un solo sonido.
-No se oye...- Me interrumpe.-
-Sh, escucha. Son como galopes de caballo.-
Volví a mi posición anterior para percibir el sonido, para Inés es fácil porque tiene el oído muy desarrollado, pero yo soy normal. Seguía todo en silencio, demasiado silencio. Comencé a escuchar un pequeño ruido, no sé exactamente de qué ni de que dirección proviene; esperé un poco más y, exactamente, ahí se escuchaban los galopes de un caballo aproximándose. No entiendo que tiene de malo, este bosque es perfecto para galopar y cerca de aquí hay un buen sitio para que los caballos pasten, sin embargo, este caballo que se acerca tiene un trote diferente a cuando se va de paseo.
Permanecimos así pocos segundos más hasta que escuchamos un estruendo muy fuerte. Un disparo.
Miré hacia atrás y divisé el agujero de bala en un árbol muy próximo a mí, ese disparo iba dirigido a mí.
-Inés, hay que salir de aquí, ya- Dije tratando de parecer calmada.-
Ella no respondió, cogió bien las riendas del caballo y se giró.
Sonó un nuevo disparo, el caballo, mejor dicho, los caballos, estaban cada vez más cerca y los disparos se hacía más seguidos. Cuando una bala cayó cerca del caballo de Inés ahí es cuando reaccionó.
-¡Inés! ¡Ya!.-
Nos agarramos bien a los caballos y salimos galopando de allí, pero los caballos estaban cada vez más cerca de nosotras, nos estaban persiguiendo, ¿por qué? Seguimos sin rumbo, nos habíamos perdido, pero lo único que nos importaba era perder de vista a los tipos que nos seguían.
El sol brillaba en todo lo alto y ni los caballos ni los disparos cesaban. Lo bueno es que habíamos tomado mucha delantera y estaban bastante lejos de nosotras. Giré la cabeza para ver a Inés y la vi caerse del caballo, frené en seco y bajé.
-¡Inés! ¿Te han dado?- Dije acercándome lo más deprisa que pude.-
-No.-
-¿Entonces?- Observé a su caballo, tumbado en el suelo.-
Inés se acercó lentamente hacia él, le acarició y suavemente le levantó una pata.
-Le han dado en la pata, no puede seguir- Dijo acariciándole.-
-Monta a mi caballo, te sacaré de aquí.-
-No voy a dejarle tirado, María.-
-Pero nos van a encontrar.-
-Me da igual, no voy a abandonarle.-
Se levantó y comenzó a levantar a Midnight, su caballo, recuerdo que le puso ese nombre porque se lo encontró una noche de luna llena cuando era un potro, y además porque es negro como la noche. Lo puso de pie y cogió las riendas comenzando a caminar unos pasos y volver.
-Puede andar pero cojea un poco, no creo que pueda seguir galopando.-
Cogí a True, mi caballo, de la misma forma y comenzamos a andar. Los que nos perseguían seguían detrás nuestra y no tardarían en cogernos si vamos a este paso, pero no podemos hacer otra cosa.
Cuando escuchamos los caballos más cerca nos escondimos en un gran matorral que había.
-¿Dónde se han metido?.-
-No lo sé, ¿seguro que vinieron por aquí?.-
-Pues claro que sí, idiota. Vamos, no habrán ido muy lejos.-
Esperamos un poco hasta que el sonido desapareció y pudimos salir.
-¿Quiénes eran?- Pregunté.-
-No lo sé. Vamos, tenemos que volver y curar a Midnight.-
-No sé volver.-
-Encontraremos el camino.-
Caminábamos por el bosque descansando un poco porque Midnight lo necesitaba. Creo que íbamos caminando en círculos, porque cada vez que andábamos me sonaba haber pasado por allí. Ya estaba anocheciendo, ¿ya? ¿Hemos pasado aquí todo el día? Con razón tengo tanta hambre. Seguimos nuestro “rumbo” hasta que volvimos a escuchar los caballos. ¿Cómo huiríamos? Ya no había nada que hacer, todo estaba perdido, lo sé, soy muy dramática. El caballo ya nos pisaba los talones, me atrevería a decir que está justo detrás de nostras. El caballo se paró a nuestras espaldas, y el tipo que lo montaba se bajó de éste acercándose a nosotras.
-Por fin os encuentro.-
Narrado por Dani
Aquí estoy, en un barco camino a Portugal. Me hubiese gustado que María estuviera despierta cuando me marché, pero era mejor dejarla durmiendo. Si llego a mirar sus ojos sería capaz de quedarme, así que tras decirle un “te amo” y darle un beso me marché. Por suerte me dio tiempo a coger su pulsera, una pulsera que no se quitaba para nada y era muy especial para ella, me contó que se la regaló una cuidadora que tuvo cuando su madre murió y era la única persona, aparte de Inés, que le había sacado una sonrisa tras su muerte. Ahora mismo la apretaba fuertemente entre mis manos, sentía que estaba conmigo, que cuando esté en plena acción me ayudará a concentrarme y a vencer para regresar a su lado. Solo espero que esté bien y que confíe en mí.
-Novato, cuando estemos allí quiero que te concentres, dejaste todo lo que se tenía que quedar en tierra, ahora no hay distracciones, no hay amores, no hay amigos, no hay nada. Una vez en el campo de batalla todos son tus enemigos, no te relajes ante nadie, lo más probable es que sea una trampa. Buena suerte- Me dijo el Capitán. Yo solamente asentí.-
Respiré hondo y me apoyé en la barandilla del barco para observar como el barco rompe las olas del mar que antes estaba tan tranquilo. Me quedé unos segundos sin pensar en nada. Miré una vez más la pulsera y me la puse. María, volveré. Te lo prometí.

{...}

El barco atracó en la orilla y la gente bajaba rápidamente, no sé que ganas tienen de llegar para lo que espera. Bajé del barco para encontrarme con una gran explanada llena de tropas acampadas, eran muchísimas y había muchísima gente. En total éramos miles de personas porque utilizamos diez barcos con más de doscientas personas por cada uno, ¿en serio era tan imprescindible? Sea cual sea la respuesta no hay marcha atrás. Cuando ya estuvimos acampados nos quedamos alerta, podían atacar en cualquier momento. La guerra ha comenzado.
-¡Escuchadme españoles, Portugal nunca se rendirá, sois demasiado pocos para vencernos! ¿¡No os acordáis lo que pasó hace diez años!? ¿¡Tenéis el valor de venir de nuevo!? ¡Bien, buena suerte, la necesitaréis!- Dijo el Capitán del ejército portugués.-

Tras esas palabras sonó la bocina que indicaba la salida. Todos estábamos listos sobre los caballos, defendidos con una armadura y con espada en mano. Yo, que estaba en primera fila observaba todo el ejército que teníamos delante de nuestros ojos, nos doblaban o triplicaban en número, ¿en serio teníamos posibilidades? Eché un último vistazo a la pulsera y adelanté con mi caballo. Miré al frente y había muchísima gente luchando ya, todo era un grandísimo baño de sangre; Habían pasado apenas cinco minutos y ya había una cantidad abundante de muertos. Respiré hondo y tragué saliva, comencé a galopar hacia el centro preparado para todo lo que pase. El único problema era que en los ensayos no había que matar a personas pero aquí sí, puede que otras personas sí, pero yo no puedo mirar a una persona a los ojos y luego quitarle la vida, simplemente no puedo. Pero tendré que hacerlo si quiero vivir algo más de un día aquí. Antes de lo que imaginaba me encontraba en medio de la gente esquivando los golpes que otros trataban de darme. Sonó un cañonazo por parte de los portugueses, luego otro, nos estaban bombardeando. Miré al cielo y divisé una bala de cañón aproximándose cada vez más y a más velocidad, cogí el caballo y me fui rápidamente. Ahora toca seguir luchando y no dejarse vencer.

sábado, 1 de marzo de 2014

Capítulo 3 (ST)

Narrado por María
Abrí mis ojos lentamente para acostumbrarme a la luz del sol que entraba por mi ventana, me levanté de la cama y me dirigí hacia el comedor, supongo que todos estarán allí porque Dani no estaba en la habitación. Cuando bajé no me equivocaba, estaban Dani, Inés, Carlos y Alba sentados desayunando, ésta última tenía cara de pocos amigos, aunque pensándolo bien, cuándo no.
-Buenos...- Bostecé- Días.-
-Hola- Dijo Dani cediéndome sitio a su lado.-
-Estábamos hablando de que me voy a enfrentar a Dani en un entrenamiento de espada- Dijo Carlos.-
-Y yo le estoy diciendo que no me va a vencer- Concluyó Dani.-
-Y yo digo que sí- Finalizó Carlos.-
Cuando terminamos de desayunar nos dirigimos al campo de entrenamiento donde Dani cogió toda la equitación.
-¡Carlos!- Le llamó- ¡Al mejor de tres!.-
-¡Prepárate para perder!.-
Carlos se levantó a coger el arma y se puso frente a Dani para comenzar. Con la espada por delante se miraban fijamente, se respiraba tensión.
-María, te dedico mi victoria- Dijo Dani sin apartar la vista de Carlos.-
-Ni sueñes que ganarás rubio- Le retó Carlos- Inés, esto va por ti.-
Y tras decir esa frase comenzaron a luchar, Dani iba perfecto después de tanto entrenar, y sinceramente me sorprende que Carlos esté aguantando tanto, pero no me saco de la cabeza que Carlos le dedique la victoria a Inés, ¿ha pasado algo y no me he enterado? Miraba a Inés de vez en cuando para ver si me devolvía la mirada, pero no hubo caso, me estaba evitando, la conozco desde siempre. Volví a centrarme en la pelea justo para ver como Dani gana a Carlos.
-¿Decías Carlos?- Se burló Dani.-
-Aún quedan dos asaltos.-
Comenzaron el segundo al que, por supuesto, volvió a vencer Dani. Con el tercero pasó lo mismo.
-He ganado- Saltó Dani a abrazarme.-
-Tú entrenas, yo no, así que yo también tengo mi mérito.-
-Ahí tiene razón- Le dije a Dani.-
-¿Tú de que parte estás?- Dijo haciéndose el molesto.-
-Pues...- Dani me interrumpió.-
-Mira- Me señaló hacia el lado y vimos a Inés y a Carlos besándose para luego abrazarse dulcemente- Esto es nuevo, ¿no?.-
-¿Podéis dejar de mirarnos?- Dijo Inés con la cabeza oculta en el pecho de Carlos.-
-¿Podéis explicarnos esto?- Dije.-
Se separaron para mirarnos pero Carlos aún sostenía a Inés de la cintura.
-He perdonado a Inés y he decidido que juntos tendremos el hijo de Gonzalo- Le miré mal- ¡Es broma! No me mates. Ayer arreglamos las cosas, era una tontería seguir peleados por nada, ¿no?- Le dio un beso a Inés en la cabeza.-
Tras hablar un poco más dejamos a Dani seguir entrenando y nosotros nos fuimos al jardín, hacía un día precioso.
-Habrás aprendido la lección, ¿no?- Le pregunté a Carlos.-
-Sí, por supuesto.-
-Hablando de eso- Suspiró Inés que había estado callado todo el rato, muy raro en ella.-
-¿Qué?- Pregunté sin entender. Ella sin decir palabra apuntó con la cabeza detrás nuestro y vimos a Alba acercarse a nosotros.-
-¿Os creéis muy listos, no?.-
-¿Se acabó la tradición de “hola”?.-
-Que sepáis que aún no me habéis vencido, jamás os libraréis de mi.-
-Vamos a ver, estás dramatizando, sacando las cosas de quicio, ¿no puedes desaparecer de una vez y aceptar que aquí no te quiere nadie? Tú no eres la Alba que fue mi mejor amiga, cuando te empezaste a comportar de esta forma te quedaste sola, ¿y pretendes que la gente te quiera cuando le buscas desgracias a todo el que se te cruza por delante? Por favor, que no tienes cinco años y se supone que todos hemos madurado, vive tu vida y deja a los demás vivir la suya. Nos harás un favor a todos si te marchas, ¿qué Carlos no te quiere?, no es que hayas hecho mucho para lograrlo amenazándole, ¿no crees? Y no digo que cambies ahora porque está conmigo, búscate a una persona que sea como tú, que te quiera, pero haciendo esto me recuerdas a las malas de las novelas que me he leído cientos de veces y siempre ellas salen perdiendo. Estás a tiempo de irte- Inés me ha dejado sin palabras, bueno a mí y a todos.-
-¿Nunca te enseñaron a luchar por lo que quieres? ¿Con uñas y dientes? No te tengo miedo Inés, si he cambiado peor para mí, pero no me vas a venir tú a decirme como tengo que ser. Y me encantaría irme, pero mi padre ha salido para realizar un largo viaje y durante todo este tiempo me quedaré con vosotros- Sonrió cínicamente.-
Inés resopló fuertemente y se marchó de allí.
-Te equivocaste Carlos- Dijo Alba.-
-Me equivoqué al elegirte a ti y estar un mes sin Inés- Dicho esto salió tras ella.-
Narrado por Inés
Me marché apresuradamente de allí para refugiarme en cualquier lugar donde no tenga a Alba a la vista. Salí de palacio para salir a dar un paseo para despejarme y pensar, ¿qué es lo que me hizo volver aquí con lo bien que se estaba en la isla? Claro, la pelea con Carlos y regresar con Nuria y David, ¿alguna persona inteligente piensa inventar ya alguna vez alguna máquina que sirva para volver el tiempo atrás o algo así? No sé si quiero regresar sabiendo que Alba se va a quedar durante un tiempo indefinido, es como si el universo me odiase.
-¡Inés!- Escuché una voz lejana- ¡        Inés, espera!.-
-¿Qué pasa?- Dije parándome y mirando a Carlos que venía corriendo a punto de caerse.-
-¿Estás bien?- Me encogí de hombros.-
-Y como quieres que esté.-
-No tomes en cuenta lo que dijo Alba, los celos hablan por ella. Sabes que yo nunca me alejaré de tu lado porque eres lo mejor que tengo.-
-Eso mismo dijiste la última vez y mira lo que pasó.-
-Pero eso no cuenta- Lo miré arqueando una ceja- Bueno, pero ahora que se lo que es capaz de hacer no creeré tanto lo que me vaya a decir- Le sonreí con ternura. Este chico es adorable y soy incapaz de molestarme con él.-
-Lo sé- Sonrió y me besó.-
-¿Te vienes a una posada que hay aquí al lado y tomamos algo?- Asentí- Pues vamos- Me cogió la mano.-
Caminamos en dirección a aquella posada de la que Carlos me ha hablado.
-Hola Inés- Me di la vuelta y ví a Sofía, una antigua amiga de mi infancia.-
-Hola Sofía- Fui a abrazarla- ¡Cuánto tiempo!.-
-Bueno os dejo que habléis- Sonrió Carlos- Nos vemos ahí enfrente, ¿vale?- Asentí y se fue no sin antes darme un beso, hacer eso delante de una persona me incomodaba un poco.-
Sofía y yo estuvimos hablando bastante tiempo ya que perdí la cuenta, era normal, no hablábamos desde hace años. Nos despedimos y me fui en la dirección en la que me dijo Carlos, entré y lo busqué con la mirada, esto estaba lleno de gente. Caminé unos cuantos pasos y divisé tu cabello rubio entre la multitud, fui acercándome y cuando lo podía ver completamente contemplé que estaba con una chica casi encima de él intentando besarlo, ¿qué significa esto?
Narrado por María
Tras aquel discurso Alba se fue pero no sin antes mostrar su aire de superioridad, ¿cómo puedo detestar tanto a una sola persona y siendo tan joven?
Sentí como por detrás, unas manos rodeaban mi cintura y una boca dejaba pequeños y dulces besos en mi cuello.
-Dani quieto- Dije riendo.-
-¿Por qué?- Habló casi sin separarse- Me gusta darte besos, y como no podré hacerlo durante un largo tiempo quiero aprovechar.-
Me dí la vuelta para mirarle, rodeé su cuello con mis brazos y me acerqué para besarle. Nuestros labios se unieron fugazmente bailando al mismo ritmo, Dani estaba en lo cierto, quedaban pocos días de estar con él y había que aprovechar todo lo que podamos. Dani lamió un poco mi labio inferior abriéndose paso para que su lengua abarcara totalmente mi boca, pero yo no me iba a quedar atrás, introducí mi lengua en su boca y comenzamos amoverlas al mismo ritmo.
Estos besos con Dani ocurrían muy pocas veces, pero cuando ocurrían eran mágicos.
-Ahorrad un poco de saliva un momento- Nos interrumpió mi padre. Dani y yo nos separamos entre risas y le miramos.-
-¿Qué pasa?.-
-Dani, me han informado de tus progresos con la espada y déjame darte mis felicitaciones. Viendo tu avances quería decirte que ¿recuerdas que hablamos de tu posición a la hora de partir?- Asintió- Pues visto todo lo que has aprendido y mejorado, tras una larga charla hemos decidido ascenderte, lo que quiero decir es que serás de los soldados que vayan de los primeros, solo los mejores ocupan esta posición, y tú estás entre ellos.-
-¿Ascenso e ir de los primeros significa que estaría delante de todos?- Pregunté.-
-Sí- Afirmó mi padre.-
-Y eso significa que puede que lo maten antes.-
-Sí- Volvió a afirmar pero bajando el tono de voz.-
-¿Pero por qué?- Grité- ¿¡No tienes suficiente con mandarlo y encima tienes que...!?- Dani me tapó la boca impidiendo que siguiera hablando.-
-Perdónala, esto le ha pillado por sorpresa- Dijo Dani, y mientras yo haciendo intentos inútiles de soltarme.-
-Lo sé, pero la comprendo, lo lamento Dani de verdad.-
-¡Tú no puedes lamentar nada porque...!- Dije cuando me solté pero Dani volvió a callarme.-
-No pasa nada, me la llevo antes de que cometa alguna locura- Mi padre solamente asintió, y Dani, como no, seguía sin soltarme.-
Cuando ya llegamos a la habitación me soltó. Estaba molesta, enfadada, decepcionada, preocupada, pero sobre todo estaba muy, pero que muy asustada.
-¿Por qué me tapas la boca? ¿Sabes lo que te puede pasar? ¿Y si no regresas? ¿Y si...?.-
-Y si nada María, ya hemos tenido esta conversación, confías en mí y ten presente que no te decepcionaré, que volveré aquí para estar contigo. Y no quiero volver a escuchar ningún comentario respecto a eso, ¿vale? Promételo- Me miró y no pude mirarlo a los ojos- María, ahora.-
-Me suena que esta conversación la tuvimos hace poco pero era al revés, pero está bien, lo prometo- Dije resignada, al fin de todo no podía hacer nada.-
-Así me gusta- Me besó.-
Narrado por Inés
El panorama que tengo delante no puede ser verdad, es una mala pasada de la cabeza, seguro. Decidida me comencé a acercar, acabamos de solucionar lo de Alba y ahora no me va a venir una cualquiera a quitármelo, me niego.
-¿Os divertís?- Pregunto al llegar junto a ellos que parecieron no notarme.-
-Mucho hasta que llegaste- Sonrió la morena.-
-¿Qué? ¡No! ¡Quita!- S        e removió Carlos- Te explico todo.-
-No quiero saber nada- Lo miré seria.-
Narrado por Carlos
Esto pinta mal, muy mal. Acabo de arreglar las cosas con ella después de la farsa de Alba y ahora nos volvemos a separar por esta... Esta chica que se me sube encima sin venir a cuento. Y sin contar que la mirada que me acaba de echar Inés asusta mucho.
-Tú- Dijo ahora señalando a la morena- Como te vea yo intentando besar, abrazar, tocar o estar cerca de mi novio prepárate porque te agarro de la porquería que haces llamar pelo y te quedas sin él. Avisada estás.-
Sin decir nada, la desconocida, tras mandarle una mirada fulminante a mi novia y guiñarme el ojo a mí, se marchó.
Inés me ha dejado muy sorprendido, no tenía ni idea de que fuese así, pero hay que decir que cambiando los papeles yo haría exactamente lo mismo, o tal vez me hubiese ahorrado las palabras y directamente paso a la acción.
Pero ahora lo que me inquieta es que esté molesta por lo que acaba de suceder.
-¡Vaya!, no conocía tu lado agresivo- Reí pero me fulminó con la mirada, está enfadada.-
Pero me sorprendió que tras esa fría mirada se empezara a reír como nunca lo había hecho, ¿esto es normal?, a ver, sabía que Inés tenía sus momentos de cambios de humor pero no pensé que llegara a tanta escala.
-¿De qué te ríes?- Pregunté.-
-De tu cara, parece que te van a matar- Continuó riéndose.-
-Eso es porque creía que tú me ibas a matar.-
-A ver, soy mala pero no llego a tanto- Se acercó a mí, me levantó y me plantó un beso- Espero que eso no lo haya hecho la morena.-
-No le he dejado, solo soy tuyo.-
-Eso espero- Le besé y le abracé.-
A veces un abrazo es la clave, me dí cuenta cuando estuvimos todo este mes separados y volvió dándome un abrazo. Estar con la persona que quieres entre tus brazos es la mejor sensación que podrías experimentar, sintiendo el calor de su cuerpo, su corazón latiendo contra tu pecho, es un sentimiento indescriptible. La aferré todo lo que pude contra mi cuerpo hasta que nos fuimos paseando lentamente hacia el palacio. ¿Nunca habéis experimentado esa sensación al estar con una persona en la que no necesitas nada ni nadie más para estar bien, que la persona que está a tu lado te completa totalmente? Pues así es como me siento yo cuando la estoy con ella, cuando la miro a esos preciosos ojos que no sé exactamente de qué color son debido a que cada vez los tiene de un tono diferente entre el verde y el marrón pasando por el miel.
Regresamos a palacio y nos dirigimos al escondite para tumbarnos un rato y no hacer gran cosa, al entrar pude observar a Alba mirándonos con odio, menos mal que Inés no se dio cuenta. Parece que la castaña no se va a cansar de hacer sufrir a la gente e intentar separarnos, pero no voy a permitir que consiga nada de lo que se propone y yo mismo me encargaré de pararle los pies. Entramos y nos tumbamos en una zona con cojines que había.
En todo el trayecto no pronunciamos ni una sola palabra, no hacían falta, el estar el uno con el otro era suficiente.
Apoyé a Inés sobre mi pecho y comencé a acariciarle el pelo suavemente, su respiración se hizo mas profunda y pesada y supe que se estaba durmiendo. Continué con mi caricia hasta que cayó totalmente rendida. Me quedé observando sus perfectos rasgos, sus ojos ahora cerrados, su pequeña y bonita nariz, su boca entreabierta y sus mejillas rosadas, era absolutamente perfecta. Bostecé y supe que caería de sueño al  igual que ella.

-Te amo- Le susurré antes de cerrar los ojos y sumergirme en el sueño.-

lunes, 27 de enero de 2014

Capítulo 2 (ST)

Narrado por Inés
-Tenemos que hablar.-
-Ahora no.-
-Pues escúchame- Asentí, pero la verdad no estaba para hablar ni escuchar a nadie en estos momentos- Visto lo que ha pasado entre nosotros creo que es mejor darnos un tiempo.-
Un tiempo, eso significa que cada uno va por separado hasta aclarar las cosas, lo que me faltaba por oír, como que no tengo suficiente ya, no me quedaba otra que guardar silencio a la espera de que prosiguiera.
-Pero ambos sabemos que yo no voy a ser capaz de darnos un tiempo si cada vez que te veo me muero por besarte- Continuó. Se puso de lado apoyando su cabeza en el brazo mirándome- Inés, no hagamos esto más difícil, te quiero, me quieres, ¿qué mas necesitamos?, este mes sin ti ha sido insufrible, a parte de que he estado soportando a Alba. No quiero que deje de haber un nosotros, no pienses en lo malo, piensa en todo lo que hemos vivido, en todo lo que hemos luchado por conseguir estar juntos, le hemos hecho frente a tu padre, hemos roto  muchas normas, nos hemos fugado tres veces, ¿no te parece todo eso suficiente motivo como para darnos otra oportunidad?, rompimos por mí, por una idea de Alba que salió mal para su desgracia, ¿recuerdas Inés?, nos querremos contra todo y todos, eso se me clavó a fuego en la mente y corazón. ¿Qué te parece si hacemos como si nada hubiese pasado?.-
Le miré a sus ojos cristalizados, a sus hermosos ojos cristalizados. No sé qué decir ahora, lo que ha dicho me ha destruido completamente pero tiene toda la razón, le quiero, me quiere, hemos hecho lo imposible por conseguirlo. En ese instante se me pasaron miles de recuerdos de nosotros.
Todo desde cuando nos conocimos en mi cumpleaños:
“-Hola soy Carlos- Me dijo dándome dos besos- Muchas felicidades guapa- ¿Guapa? Creo que me puse roja.-
-Gra... Gracias, soy Inés- Le dije nerviosa, creo que lo notó y soltó una sonrisita.-“
“Nos quedamos mirándonos a los ojos, los suyos son tan profundos... Me perdía en ellos. Él se me iba acercando poco a poco y yo a él, ¿nos íbamos a besar?”
“-¿De verdad crees que es imposible? ¿Nunca has pensado en intentarlo por si las cosas cambian?- Me soltó de repente, ¿a qué se refería?.-“
“-Lo sé, y no me importa, haré lo imposible por tenerte a mi lado.-“
“Seguía lloviendo y parecía que no iba a parar, Carlos y yo nos miramos, nos cogimos de la mano y fuimos caminando por el bosque sin rumbo ya que ninguno sabía como volver.
Comenzó a hacer frío y nos metimos en una cueva que había cerca, llegamos, nos sentamos y comenzamos a reírnos sin sentido alguno. Tenía frío así que me encogí un poco, Carlos lo notó y me abrazó fuerte, pus mi cabeza sobre su pecho y pude oír los latidos de su corazón, iban muy acelerados; él notó que lo sentía:
-Mi corazón va así de rápido cada vez que estoy contigo- Alcé un poco la cabeza para mirarle pero sin separarme de su pecho y le sonreí.”
Y así muchísimos, sonreía inconsciente al recordar cada detalle de nuestra historia. Me encantaría volver el tiempo atrás, que nada haya pasado, seguir en la isla con mi hermana y Dani.
-Carlos, la verdad yo...- Comencé a decir.-
-No quieres volver- Se adelantó.-
Narrado por María
Dani se instaló en su antigua habitación para así poder entrenar día a día, esto sigue pareciéndome una pésima idea, pero nadie puede contradecir las decisiones de mi padre.
-¿Vendrás mañana a verme en el entrenamiento?- Preguntó Dani acostándose en la cama.-
-Claro- Le sonreí poniéndome a su lado.-
-Te quiero- Dijo cambiando un poco la cara y forzando la sonrisa.-
-Dani, no- Me miró extrañado.-
-No, ¿qué?.-
-Lo has dicho como si te fuera a pasar algo- Iba a contestar pero no le dejé- No Dani, que te vayas no va a ser una despedida definitiva, será como un “hasta pronto”, no quiero que se te pase por la cabeza que no vas a volver, prométemelo- Dani miró a otro lado pensándoselo- Prométemelo Dani.-
-¡Está bien! Te lo prometo.-
-Bien, buenas noches.-
-Aún no es de noche- Rió.-
-He dicho buenas noches- Me giré dándole la espalda.-
-¿Te has enfadado?- No respondí- Venga María- Me dio un beso en el hombro- No te enfades, cielo- Me besó la cabeza- Si sabes que te quiero- Besó mi cuello- Mucho- Por último besó mis labios.-
-Eres un tramposo- Le devolví el beso.-
-Pero me quieres.-
-Poco.-
-Bueno, algo es algo- Me separé bruscamente de él- ¿Qué pasa?.-
-¿Quieres dejar de ser tan adorable? Es imposible enfardarse contigo- Soltó una carcajada.-
-¿Gracias?.-
-Vamos a dormir, tengo sueño.-
-Vamos.-
Nos acomodamos en la cama quedando yo atrapada entre sus brazos y con la cabeza enterrada en su pecho.
-Buenas noches.-

{...}

A la mañana siguiente me desperté sola en la cama, ¿dónde está Dani? Me levanté despacio y salí de la habitación dispuesta a bajar a la planta baja.
Al llegar no había nadie, ¿dónde están todos? ¡Claro!, Dani tenía entrenamiento. Fui corriendo al patio trasero donde se practicaba y allí lo encontré enfrentándose a alguien con la espada. Me quedé observando desde la distancia y la verdad no lo hacía nada mal. Al acabar fui corriendo hacia Dani y lo abracé.
-¡Buenos días!- Dijo Dani levantándome en peso y dándome vueltas- ¿Lo has visto?- Dijo bajándome pero sin soltarme.-
-¡Sí! ¿Por qué no dijiste que eras tan bueno?.-
-No lo sabía. Pero ahora quiero mi premio.-
-Esto es un entrenamiento, no hay premio.-
-¿Quién dice que no?- Me acercó más a él y me besó- Creo que acaban de dármelo.-
-¿Te referías a..? Ya lo entiendo- Sonreí inocente.-
-Al final el menos listo no es Carlos- Bromeó.-
-Eso duele- Dije haciéndome la ofendida.-
-¡Dani!- Lo llamaron- ¡Tienes que continuar!.-
-¡Voy!- Contestó. Me miró- Nos vemos luego.-
-Adiós- Me besó y se fue.-
Me quedé un rato más viéndolo entrenar, pero decidí ir a buscar a Inés y recuperar todo nuestro tiempo perdido.
Entré dentro de palacio y me encaminé a buscarla en nuestra habitación, pero allí solo estaba Carlos durmiendo, ¿Carlos?, ¿qué hace Carlos ahí? ¿¡Habrán arreglado todo!? ¿Y dónde está Inés? Caminé por el pasillo y la ví salir de la habitación de Carlos recién levantada, no entiendo nada.
-Inés- Me acerqué y la abracé.-
-¿Mmm?- No se entera de nada, está medio dormida.-
-¿Qué haces durmiendo en la habitación de Carlos y Carlos en la nuestra?.-
-Ayer me pidió volver y eso- Bostezó.-
-¿Y? Aún así no lo entiendo.-
-Al principio dijo de darnos un tiempo y aclararnos, pero como se vio incapaz de hacerlo pues me pidió volver a estar como antes. Se durmió y me sentía incómoda, así que me fui a su habitación para pensar, pero ¿él no estaba con Alba?.-
-Se supone, pero la pregunta es, ¿la quiere?- Se encogió de hombros- Tonta, no. No la quiere porque te quiere a ti.-
-¿A qué has venido?.-
-A estar contigo.-
-Pues eso, no ha darme sermones.-
-Qué humor tienes por las mañanas- Ironicé.-
-Ya me conoces- Sonrió- ¿Vamos a desayunar?.-
Bajamos a desayunar y al poco tiempo entró Alba, ¿por qué está aquí a esta hora?
-Hola Inés, hola cuñadita- Dijo falsamente.-
-Adiós- Dije yo mirándola con asco.-
-Algunas nunca maduran, en fin. Inés, ¿de qué hablaste ayer con mi novio?- Dijo recalcando mi novio.-
-A ti te lo voy a decir- Dijo sin mirarla.-
-Tengo derecho a saberlo.-
-Y a irte por la puerta también.-
Ahí se acabó la conversación. Solamente hubo alguna que otra mirada por parte de Inés y Alba que se fulminaban mutuamente.
Al poco tiempo bajó Carlos y todas las miradas se posaron sobre él.
-Buenos días, ¿tengo algo en la cara?- Dijo al ver que le mirábamos todas.-
-No amor, estás perfecto, como siempre- Dijo Alba levantándose para darle un beso.-
En el momento del beso Inés bajó la mirada y se fue sin hacer ningún ruido, acto seguido fui tras ella. Se dirigió al escondite, pero ese ya no es un lugar seguro desde que Alba y quién sabe más lo conoce.
-¿Estás bien?.-
-Perfecta, como siempre- Dijo imitando la voz de Alba.-
-Te afecta, ¿lo sabes?- Asintió- Y tienes que hacer algo al respecto- Negó- ¡Vamos Inés!, no vas a estar así siempre, yo te conozco y tú no eres de dejar que Alba te controle y haga contigo lo que quiera.-
-Ya lo hace, qué más da- Se encogió de hombros.-
Me senté a su lado.
-Pero Carlos también tiene parte de culpa- Me miró- Digo, si ayer te pide volver y eso y hoy se está besando con Alba delante tuya sin inmutarse eso es de ser un falso.-
-Eso es porque ayer le dije que se olvidara de todo y que hiciera lo que quisiera sin dejarse influir en la opinión de los demás, ni siquiera la mía, es su vida, que haga lo que quiera.-
-Inés, hermanita mía, que te quiero muchísimo... ¿Estás loca?.-
-No.-
Antes de que pudiera continuar con la conversación oímos unos pasos que se acercaban y la voz chillona de Alba cada vez más cerca. Sabía que este lugar ya no era seguro, todo gracias a Carlos.
Nos escondimos en un hueco que había y aparecieron en cuestión de segundos. Inés estaba sentada en el suelo de espaldas y yo estaba viendo todo procurando que ellos no me vieran.
-Este lugar cada día me gusta más- Dijo Alba.-
-Sí.-
-Carlos, muchas gracias por mostrármelo. ¿Sabes? Este puede ser nuestro lugar de encuentro para pasar un ratito a solas....- Esa iba con segundas- Porque este lugar no lo conoce nadie y no creo que las idiotas de Inés y María vengan aquí sabiendo que sé el lugar.-
Me están entrando unas ganas de ir ahí y cerrarle la boca, pero intento controlarme. Sigo observando la escena y mis ojos se encuentran con los ojos de Carlos, nadie dice nada, solo nos miramos. Bajó la mirada rápidamente y la volvió a subir volviéndose a encontrar con mis ojos, conozco a Carlos perfectamente como para saber que quiere saber si Inés está conmigo. Asentí levemente esperando que entendiera la indirecta.
-Carlos, mi amor, ¡qué miras?.-
-Nada Alba.-
-Bien, ¿qué te apetece hacer ahora?.-
-¿Cuánto tiempo más vas ha seguir con esto Alba?.-
-No sé a que te refieres.-
-A toda esta mentira, sé todo sobre tu plan, ¿piensas seguir yendo más lejos?.-
Inés, que lo escuchaba todo rápidamente se giró y se levantó poniéndose a mi altura para verlo todo.

Narrado por Inés

Estaba escuchando sin ganas toda la conversación entre Alba y Carlos, en cualquier momento me estallaría la cabeza.
-A toda esta mentira, sé todo sobre tu plan, ¿piensas seguir yendo más lejos?.-
Tras escuchar esas palabras de Carlos inmediatamente adopté la misma postura de mi hermana para poder observar todo mejor pero sin que ellos me vieran.
-N...No sé de que estás hablando- Se defendió Alba, pobrecita, en el fondo me daba pena.-
Seguí contemplando interesada por saber que pasaría a continuación, pero antes de que siguieran hablando pasó lo que no tenía que pasar, Carlos me vio, ahora pensará que le sigo y cosas así. Pero me equivocaba, ninguno de los dos apartaba la vista del otro, era todo tan irreal. Alba nos sacó de ese trance.
-Carlos, tienes la mirada perdida, ¿qué hay ahí detrás?.-
-A ti es a quien menos tengo que dar explicaciones, ¿no crees?.-
Yo seguía viendo todo con María a mi lado, mirando a Carlos y Carlos mirándome hasta que Alba se giró y nos vio.
-¡Tú! Con que era por eso por lo que te distraías.-
Se acercó a nosotras y nos sacó empujándonos.
-¿Lleváis ahí todo este tiempo? Mirad que os odio, pero esto ya llega al extremo.-
María y yo nos miramos tratando de aguantarnos la risa, pero eso es una cosa imposible.
-¡Inés! Inés te dijo lo del plan, ¿verdad? No le creas, está celosa y desesperada por volver, ¡no te das cuenta?.-
-¿Yo? Yo no he dicho nada.-
-Carlos tienes que creerme, ya te lo dijo Gonzalo y ahora te lo digo yo. Ella te engañó, te mintió, hasta va a tener un hijo.-
-¿Aún con eso? La única que me miente eres tú, y dime, ¿dónde está el hijo?- Alba me miró la barriga- No me vengas con esas que cuando estas de casi dos meses algo se nota y ella no tiene nada. Y por si no lo sabías, el mismo Gonzalo me lo contó todo. ¿Sabes? Tu plan era brillante, pero si hubieses ayudado a Gonzalo yo ahora no sabría nada y estaría contigo- Me miró- Inés no te ofendas- Volvió a Alba- Quería ver hasta donde eras capaz de llegar, solo eso.-
-¡¡Os odio!!- Nos dijo a María y a mí- A ti te quiero, podemos ser felices, sin mentiras ni nada, te lo prometo- Le dijo a Carlos.-
-No.-
-Esto no quedará aquí, si yo no puedo tener nadie lo hará.-
-Te vuelves pesada con eso, búscate a alguien para hacer tu vida y déjanos en paz- Dijo María saliendo seguida por mí que seguía sin pronunciar palabra.-
Salimos al jardín y detrás nuestra vino Alba echa una furia, al pasar por nuestro lado me agarró del brazo y me dijo al oído:
-Me las pagarás por lo que has hecho.-
-Aquí te espero- Le respondí del mismo modo.-
Se fue a quién sabe donde, lo que importa es que aquí no está.
-Lo siento- Se escuchó detrás nuestra. Al darme la vuelta era Carlos.-
María estaba incómoda al tenernos ahí a los dos, miró a su alrededor y se encontró a Dani caminando así que fue a por él dejándonos a Carlos y a mí solos.
-¿Por qué lo sientes?.-
-Por todo lo que ha pasado desde que nos separamos- Dijo con la cabeza gacha.-
¿Por qué tenía esas ganas tremendas de correr hacia él, besarle, decirle que lo quería, que lo necesitaba a mi lado? ¿Por qué?
-No importa- Me giré y avancé unos pasos.-
-Inés espera- Me alcanzó- Aún no has contestado.-
-No hay nada que contestar.-
-Sí hay, por favor, dime que te quedarás a mi lado.-
-Necesitamos tiempo- No me creo como las palabras me salen solas de la boca, yo no necesito tiempo.-
-¿Más?.-
-Sí.-
Carlos resopló y sin decir nada se encaminó a sentarse en la fuente en la cuál el día que nos conocimos casi nos besamos, sonreí ante el recuerdo. Lo miré por última vez antes de irme, lo contemplé, cada detalle, su postura, estaba sentado en el borde con los codos apoyados en las rodillas tapándose la cara con las palmas de las manos. No puedo verle así sin que el corazón se me parta, ¿por qué le pedí un tiempo? ¿Por qué soy tan tonta que no ve lo que tiene? Esto nos está matando a los dos poco a poco sin que nos demos cuenta, tendría que estar feliz de tener la oportunidad de estar con Carlos ahora que podemos porque no sabemos que va a pasar el día de mañana. Él aún no se ha movido de la posición en la que se encontraba.
Me fui acercando poco a poco a él, me senté a su lado pero no pareció notarlo. Respiré hondo y le pasé la mano por el pelo.
-Lo siento- Dije casi susurrando mientras le acariciaba.-
Se destapó la cara mostrándome lo roja que estaba al igual que sus ojos por las lágrimas, lágrimas que yo le he causado.
-No tienes por qué- Dijo mirando al suelo.-
-Mírame- Le pedí y me hizo caso- Te amo. No necesito darme ningún tiempo para darme cuenta.-
Se le iluminaron los ojos, miró hacia abajo, contempló mi mano posada sobre mi rodilla y puso su mano encima. Las palabras sobran donde as acciones bastan. Volvió a mirarme a los ojos y nos fuimos acercando poco a poco hasta unir nuestros labios tras tanto tiempo. Ese beso fue como el primero, tímido y con sentimiento pero también se notaba anhelo después de estar más de un mes ignorándonos. Es aire se acabó pero eso no impidió que nos separásemos. Su lengua pidió permiso para entrar en mi boca y yo accedí. Cuando nos separamos agaché la mirada, me seguía sintiendo mal por todo lo que ha pasado.
-No te sientas culpable- Odio que la gente me conozca- Mírame.-
me cogió de la barbilla y me subió lentamente la cabeza para mirarle a los ojos.
-Te amo.-
-Y yo.-
Sonrió, ¿hace cuánto que no lo hacía? Imité su gesto sin poder evitarlo. Nos acercamos y nos fundimos en un abrazo.
-Para siempre- Me susurró al oído.-
-Para siempre- Le repetí del mismo modo.-
Cerré los ojos disfrutando el abrazo, los abrí esperando que siguiera sin soltarme y lo conseguí, miré al frente y vi a Alba observándonos. Cuando se percató de que la estaba observando deslizó su mano por su cuello en señal de muerte, pero que me haga lo que quiera, me da igual.
Volví a cerrar los ojos y a hundir mi cabeza en el cuello de Carlos.

Narrado por María

Tras dejar a Inés y Carlos en el jardín me fui con Dani.
-¿Cuántas veces has perdido?- Dije refiriéndome al entrenamiento.-
-¿Yo? ¿Perder? Esa palabra no está en mi vocabulario- Lo miré incrédula- 25 veces de 30 rondas- Solté un a carcajada sonora- ¡No te rías! Es humillante.-
-Ya mejorarás por tu bien.-
-Si no quiero que me mates tú antes de la guerra sí.-
-Bien dicho- Le besé.-
-¿Vamos a dormir?.-
-No tengo sueño- Me puso un puchero- Venga, vamos.-
Sonrió y se puso a saltar como un niño pequeño, mi niño pequeño.
-Vamos- Me besó y me cargó como recién casados para llevarme.-