Narrado por
Inés
Miedo. Eso
es exactamente lo que sentía en ese momento. Mi cuerpo estaba totalmente
inmóvil pero tenía ganas de correr lo más rápido que mis piernas me permitieran
y salir de ahí. Estiré el brazo asta que mi mano encontró la de María y la tomé
fuertemente.
-Por fin os
encuentro- Habló la misteriosa voz del que nos estaba siguiendo.-
Me quedo
mirando un punto fijo recapacitando en sus palabras, en su voz, y caí. Era su
voz. Me solté la mano y comencé a girarme con el corazón latiéndome demasiado
rápido.
Cuando me
encontré cara a cara con esa persona, mi cuerpo soltó toda la tensión acumulada,
ya podía respirar bien. Mis ojos enseguida encontraron los suyos, con los ojos
de Carlos. Instantáneamente fui a abrazarlo y acercarlo lo más posible a mí,
estaba aterrada.
-Me tenías
muy preocupado- Dijo dándome un beso en el pelo- Que os vayáis por la mañana a
montar un rato está bien, pero no podéis desaparecer hasta caer la noche como
ahora. Por suerte os he encontrado rápido.-
-Es que nos
hemos perdido.-
-Vamos a
casa.-
Nos
separamos y Carlos, al igual que María subieron a sus respectivos caballos, yo
en cambio, cogí a Midnight de las riendas y comencé a caminar.
-¿Por qué
no subes a tu caballo? Queda mucho camino por delante- Preguntó Carlos.-
-Está
herido de la pata y no puede soportar mucho peso.-
-Vamos a
hacer una cosa, ¿puede caminar hasta que lleguemos?- Asentí- Bien.-
Se bajó de
su caballo y se acercó al mío, cogió las riendas y las ató a las de su caballo.
Acto seguido se subió a él y me tendió la mano.
-Monta.-
Le tomé la
mano subiendo a su caballo, rodeé su cintura con mis brazos y emprendimos rumbo
a palacio.
-¿Y qué os
pasó exactamente?.-
María le
contó todo lo que había pasado desde que escuchamos los caballos acercarse, la
cara de Carlos no tenía una expresión exacta, a parte de que como iba detrás
suya no le podía ver bien.
-Eso ha
sido cosa de Alba, seguro- Afirmó mi chico- Esta vez se ha pasado bastante, y
mira que ha hecho cosas fuertes.-
No se habló
más en el resto del camino y tras varios minutos llegamos. Dejamos a los
caballos en su cuadra correspondiente y nos fuimos, tengo que acordarme de
pedir que venga un doctor para Midnight.
-Inés,
María, no podéis desaparecer así como así sin avisar a nadie- Nos regañó mi
padre al entrar- Me teníais muy preocupado.-
-Lo
siento.-
-No pasa
nada, será mejor que comáis algo y vayáis a descansar, lo necesitáis.-
Tras comer
algo, los tres subimos las escaleras rumbo a la habitación para echarnos un
rato en la cama, la verdad yo necesitaba dormir.
Antes de
entrar vimos a Alba viniendo en nuestra dirección.
-¡Oh!
Estáis aquí, creí que no apareceríais más, estabais perdidas- Dijo con esa
sonrisa malvada. Carlos tiene razón, Alba envió a esos hombres para que nos
persiguieran.-
-Alba,
estupideces tuyas hemos soportado muchas, una detrás de otra, pero esta vez te
has pasado bastante, no te creí tan miserable como para hacer algo así- Soltó
María.-
-¿De qué
hablas?.-
-Contrataste
a unos hombres para que nos siguieran al bosque e intentaran matarnos.-
-¿Yo? La
verdad, es buena idea, ¿cómo no se me ocurrió antes?.-
-¡Deja de
ser tan cínica y asúmelo! Mentir lo único que hace es empeorar los hechos.-
-A ver, si
me creéis o no me da igual, yo no he sido, si queréis creerme bien, y si no,
adiós.-
Bajó las
escaleras dejándonos más confundidas de lo que estábamos. Entramos a la
habitación, María y yo nos cambiamos las ropas sucias y nos metimos en la cama.
Mi cabeza
no paraba de darle vueltas a lo del bosque: Los hombres persiguiéndonos, los
disparos, Midnight. Alba esta vez me ha dado mucho miedo, y lo peor es que lo
niega, ¿quién más podría ser?
-Buenas noches-
Dijo Carlos saliendo por la puerta.-
-Buenas
noches- Le contestamos María y yo.-
La noche
estaba en toda su energía, todo estaba oscuro y muy silencioso, solo se
escuchaba el sonido del viento contra la ventana.
En mi cama
lo único que hacía era dar vueltas y más vueltas, no puedo dormir sabiendo que
está la posibilidad de que no despierte para ver el sol del día siguiente. Me
destapé y me levanté con cuidado de no despertar a mi hermana.
Caminé por
el frío y oscuro pasillo hasta quedar en frente de la habitación en la que se
alojaba Carlos, abrí la puerta poco a poco y asomé la cabeza. Se movía de un
lado a otro, por lo visto ninguno de los dos podíamos dormir. Me acerqué y se
percató de mi presencia cuando me senté al borde de la cama.
-¿Qué
pasa?.-
-No puedo
dormir- Le miré- ¿Me puedo quedar aquí?.-
-Pues claro
que sí, ven- Destapó la cama mostrándome hueco y me tumbé a su lado. Sus brazos
se colocaron en mi cadera para rodearme y yo coloqué mis manos en su pecho-
¿Por qué no puedes dormir?.-
-¿Y tú?.-
-Pregunté
yo primero. Y no puedo dormir por todo lo que ha pasado hoy.-
-Pues ya
somos dos.-
-No tengas
miedo, si alguien te quiere hacer algo primero tiene que pasar por encima de
mí, y con María igual, mientras Dani está fuera le prometí que la cuidaría.-
-Gracias-
Susurré.-
-No tienes
que darlas- Me dio un pequeño beso en la nariz- ¿Intentamos dormir?- Asentí-
Vamos.-
Nos
quedamos en silencio a ver si alguno conseguía dormir, creía que no sería
posible, peri finalmente el sueño me venció.
Narrado por
Dani
Ataques.
Defensas. Muertes. Heridos. Bombas. Miedo. Así era cada uno de mis días.
Llevamos aquí poco más de una semana y los portugueses nos superan muchísimo en
número de soldados. Aún no sé cómo sigo aquí luchando. En estos días conocí a
Rodrigo, un chico de mi edad soltero y muy simpático, prácticamente al único
que podía llamas amigo en este infierno. Pero por desgracia lo mataron ayer, lo
mataron porque él me salvó la vida. Estaba distraído mirando algo a lo lejos
que no me dí cuenta de que estaban a punto de dispararme, él me apartó haciendo
que cayera y que él recibiera el impacto de la bala. Poco antes de que eso
ocurriera le conté mi motivo por sobrevivir, María; el por su parte, me dijo
que esto lo hacia por mantener a su familia ya que al alistarse en el ejército
te dan una buena cantidad de dinero.
Aún
recuerdo las palabra que me dijo antes de que se fuera para siempre: “Prométeme
que vivirás por tu chica, y prométeme que vivirás la vida que yo no podré
vivir”, dicho esto cerró los ojos y no se volvió a mover, su pecho ya no subía
y bajaba, ya no me apretaba la mano.
Limpié las
lágrimas que caían de mis ojos y me concentré en que la cena no se me quemara
en el fuego.
Así es como
termina este octavo día para dar lugar a otro todavía peor. Ahora nos
hallábamos cenando algo de la poco comida que teníamos para subsistir mientras
estemos aquí, cuando se acabe tendremos que robarla.
Escuché un
ruido cerca de aquí, pasos sigilosos, estaba claro que el que caminaba no
quería que lo encontrasen. Me levanté, cogí el primer arma que pillé a mano y
caminé en dirección del ruido. Mis pasos eran lentos y silenciosos, doblé la
esquina de una tienda de campaña y vi una sombra de un hombre, le apunté con la
intención de matarle pero me vio, su reacción no fue como esperaba, pensaba que
sacaría otro arma y me apuntaría hasta que solo uno sobreviva, pero al
contrario de mis pensamientos, el misterioso hombre levantó las manos y me miró
con ojos suplicantes.
-No me
mates, por favor- Por ese acento y esa manera de hablar deduje que era
portugués. No dije nada, solo mantuve mi posición- Por favor.-
-¿Por qué
no he de hacerlo?.-
-Sólo
quiero salir de aquí, no voy a hacerte nada.-
Me estaba
replanteando seriamente si ayudarle o no, las palabras “no te relajes ante nadie,
lo más probable es que sea una trampa” que me dijo el Capitán antes de venir me
hacían sentirme inseguro.
-¿Cómo sé
que no me engañas y que esto no es una trampa? ¿Qué razón tienes tan importante
para que te deje vivir y marcharte?.-
-Yo desde
un principio no quería venir, mi padre me obligó para ganarme su respeto igual
que hizo con mis hermanos años anteriores, pero yo no valgo para esto, yo no sé
luchar para matar a una persona. Ahora mismo lo que más deseo es volver con la
chica a la que amo, no puedo alejarme de ella- Su historia, me recuerda a mí.
Mientras iba contando solo me imaginaba a María. Este hombre y yo estamos en la
misma situación, pero aún no sé si creerme esto o no, pero parece bastante
sincero con lo que dice.-
-¿Cuál es
tu nombre?.-
-Jesús.-
Resignado
bajé el arma y me acerqué a él. No voy a dejarle tirado pero aún no me fío lo
suficiente.
-Yo soy
Dani.-
Observé a
Jesús lo que la luz de la luna me permitía, era un poco más alto que yo, pero y
ojos oscuros. En sus manos sostenía algo con fuerza.
-¿Qué es
eso?- Pregunté señalando con la cabeza.-
Sin decir
nada me pasó un bonito medallón de plata que hasta hace nada parecía que
protegería con su vida, lo abrí y había un dibujo muy bien hecho de él, y al
otro lado de una chica, muy guapa si digo la verdad. Supongo que será la chica
que me dijo.
-¿Lo has
hecho tú?- Afirmó- Es precioso.-
-Gracias.-
No tengo
nada más en su contra que me haga dudar de él, es que lo miro y me veo
reflejado. Nos sentamos los dos en el suelo para hablar.
-¿Cómo pensabas
salir de aquí?.-
-Supongo
que colándome en algún barco que transporte a los fallecidos.-
-No creo
que sea buena idea, si descubren que huyes tus superiores se encargarán de
matarte con sus propias manos- El asintió, sabía que estaba en lo cierto.-
-¿Quién es
la chica?- Preguntó de repente.-
¿Perdón?-
Dije confundido.-
-La pulsera
que llevas puesta es de mujer, ¿también hay una chica especial en tu vida?.-
-Sí- Dije
en apenas un susurro.-
-¿Quién es?
Digo, no me tomes a mal, pero la pulsera parece bastante cara y no mandan a
marqueses y príncipes a la guerra- Reí ante su comentario.-
-No es que
sea nada de eso, mi novia sí.-
-¿En serio?
¿En España no es de casarse la clase alta con los de su clase y a los demás ni
mirarlos?.-
-Sí, pero
tras luchar no tienen otro remedio que soportarlo- Reímos.-
-Tienes
suerte.-
-¿Y tú?.-
-Se llama
Lucía, nos conocimos de pequeños y hace unos meses me atreví a pedirle que
fuera mi novia.-
Estuvimos
hablando gran parte de la noche, pero ya es hora de que vayamos a dormir si
queremos ser útiles mañana. Nos levantamos cada uno dispuesto a irse por su
camino.
-Dani, eres
bastante bueno, ¿me ayudarás a volver?.-
-Por
supuesto.-
-Gracias.
Lo mismo digo por ti.-
-Buenas
noches.-
Cada uno
tomó una dirección diferente. Me fui dentro de mi tienda, me tumbé y me cubrí
con la fina manta que tenía. Me quedé pensando en Jesús, en Rodrigo, en María,
¿cómo estará? Mis ojos se fueron cerrando poco a poco conduciéndome a la mejor
parte del día: El sueño. El único lugar donde no hay problemas y puedo estar
con María el tiempo que quiera, haciendo lo que quiera hasta vivir en esta
pesadilla otra vez.
Narrado por
Felipe
-Lo siento
Señor, no conseguimos encontrar a las Señoritas.-
-¿Qué? ¡Os
encargué una misión fácil! ¿Y no sois capaces de cumplirla?- Dije enfadado.-
-Lo siento
Señor, yo...- Interrumpí.-
-Retiraos.-
-Pero...-Interrumpí
de nuevo.-
-¡Retiraos!.-
Sin decir
nada más se fueron. Nadie es capaz de hacer lo que pido, ahora me vienen estos
dos idiotas diciendo que no han podido encontrar a Inés y a María, no es tan
difícil acabar con ellas. Pero claro, nada de esto pasaría si mi “querido tío”
no quisiera que sus hijas fueran las herederas, pero ¿desde cuando eso está
permitido? Claro, como es el rey todos le tienen que obedecer. Si mis dos malditas
primas no hubieran nacido yo sería el sucesor, y todo el reino sería mío: pero
lo será cuando Inés y María queden fuera del mapa, no tendrán otra opción que
heredarme a mí todas las tierras.
Como suelen
decir, si quieres algo bien hecho tienes que hacerlo tú mismo.
Mañana les
haré una visita sorpresa a mis primitas.
---------------------------------------------
PERDON por tardar :SSS Culpad a @mariaagozalvez por distraerme jejejeje bueno aqui esta el capi :)) os quierooooL