miércoles, 9 de abril de 2014

CAP 5 (ST)

Narrado por Inés
Miedo. Eso es exactamente lo que sentía en ese momento. Mi cuerpo estaba totalmente inmóvil pero tenía ganas de correr lo más rápido que mis piernas me permitieran y salir de ahí. Estiré el brazo asta que mi mano encontró la de María y la tomé fuertemente.
-Por fin os encuentro- Habló la misteriosa voz del que nos estaba siguiendo.-
Me quedo mirando un punto fijo recapacitando en sus palabras, en su voz, y caí. Era su voz. Me solté la mano y comencé a girarme con el corazón latiéndome demasiado rápido.
Cuando me encontré cara a cara con esa persona, mi cuerpo soltó toda la tensión acumulada, ya podía respirar bien. Mis ojos enseguida encontraron los suyos, con los ojos de Carlos. Instantáneamente fui a abrazarlo y acercarlo lo más posible a mí, estaba aterrada.
-Me tenías muy preocupado- Dijo dándome un beso en el pelo- Que os vayáis por la mañana a montar un rato está bien, pero no podéis desaparecer hasta caer la noche como ahora. Por suerte os he encontrado rápido.-
-Es que nos hemos perdido.-
-Vamos a casa.-
Nos separamos y Carlos, al igual que María subieron a sus respectivos caballos, yo en cambio, cogí a Midnight de las riendas y comencé a caminar.
-¿Por qué no subes a tu caballo? Queda mucho camino por delante- Preguntó Carlos.-
-Está herido de la pata y no puede soportar mucho peso.-
-Vamos a hacer una cosa, ¿puede caminar hasta que lleguemos?- Asentí- Bien.-
Se bajó de su caballo y se acercó al mío, cogió las riendas y las ató a las de su caballo. Acto seguido se subió a él y me tendió la mano.
-Monta.-
Le tomé la mano subiendo a su caballo, rodeé su cintura con mis brazos y emprendimos rumbo a palacio.
-¿Y qué os pasó exactamente?.-
María le contó todo lo que había pasado desde que escuchamos los caballos acercarse, la cara de Carlos no tenía una expresión exacta, a parte de que como iba detrás suya no le podía ver bien.
-Eso ha sido cosa de Alba, seguro- Afirmó mi chico- Esta vez se ha pasado bastante, y mira que ha hecho cosas fuertes.-
No se habló más en el resto del camino y tras varios minutos llegamos. Dejamos a los caballos en su cuadra correspondiente y nos fuimos, tengo que acordarme de pedir que venga un doctor para Midnight.
-Inés, María, no podéis desaparecer así como así sin avisar a nadie- Nos regañó mi padre al entrar- Me teníais muy preocupado.-
-Lo siento.-
-No pasa nada, será mejor que comáis algo y vayáis a descansar, lo necesitáis.-
Tras comer algo, los tres subimos las escaleras rumbo a la habitación para echarnos un rato en la cama, la verdad yo necesitaba dormir.
Antes de entrar vimos a Alba viniendo en nuestra dirección.
-¡Oh! Estáis aquí, creí que no apareceríais más, estabais perdidas- Dijo con esa sonrisa malvada. Carlos tiene razón, Alba envió a esos hombres para que nos persiguieran.-
-Alba, estupideces tuyas hemos soportado muchas, una detrás de otra, pero esta vez te has pasado bastante, no te creí tan miserable como para hacer algo así- Soltó María.-
-¿De qué hablas?.-
-Contrataste a unos hombres para que nos siguieran al bosque e intentaran matarnos.-
-¿Yo? La verdad, es buena idea, ¿cómo no se me ocurrió antes?.-
-¡Deja de ser tan cínica y asúmelo! Mentir lo único que hace es empeorar los hechos.-
-A ver, si me creéis o no me da igual, yo no he sido, si queréis creerme bien, y si no, adiós.-
Bajó las escaleras dejándonos más confundidas de lo que estábamos. Entramos a la habitación, María y yo nos cambiamos las ropas sucias y nos metimos en la cama.
Mi cabeza no paraba de darle vueltas a lo del bosque: Los hombres persiguiéndonos, los disparos, Midnight. Alba esta vez me ha dado mucho miedo, y lo peor es que lo niega, ¿quién más podría ser?
-Buenas noches- Dijo Carlos saliendo por la puerta.-
-Buenas noches- Le contestamos María y yo.-
La noche estaba en toda su energía, todo estaba oscuro y muy silencioso, solo se escuchaba el sonido del viento contra la ventana.
En mi cama lo único que hacía era dar vueltas y más vueltas, no puedo dormir sabiendo que está la posibilidad de que no despierte para ver el sol del día siguiente. Me destapé y me levanté con cuidado de no despertar a mi hermana.
Caminé por el frío y oscuro pasillo hasta quedar en frente de la habitación en la que se alojaba Carlos, abrí la puerta poco a poco y asomé la cabeza. Se movía de un lado a otro, por lo visto ninguno de los dos podíamos dormir. Me acerqué y se percató de mi presencia cuando me senté al borde de la cama.
-¿Qué pasa?.-
-No puedo dormir- Le miré- ¿Me puedo quedar aquí?.-
-Pues claro que sí, ven- Destapó la cama mostrándome hueco y me tumbé a su lado. Sus brazos se colocaron en mi cadera para rodearme y yo coloqué mis manos en su pecho- ¿Por qué no puedes dormir?.-
-¿Y tú?.-
-Pregunté yo primero. Y no puedo dormir por todo lo que ha pasado hoy.-
-Pues ya somos dos.-
-No tengas miedo, si alguien te quiere hacer algo primero tiene que pasar por encima de mí, y con María igual, mientras Dani está fuera le prometí que la cuidaría.-
-Gracias- Susurré.-
-No tienes que darlas- Me dio un pequeño beso en la nariz- ¿Intentamos dormir?- Asentí- Vamos.-
Nos quedamos en silencio a ver si alguno conseguía dormir, creía que no sería posible, peri finalmente el sueño me venció.
Narrado por Dani
Ataques. Defensas. Muertes. Heridos. Bombas. Miedo. Así era cada uno de mis días. Llevamos aquí poco más de una semana y los portugueses nos superan muchísimo en número de soldados. Aún no sé cómo sigo aquí luchando. En estos días conocí a Rodrigo, un chico de mi edad soltero y muy simpático, prácticamente al único que podía llamas amigo en este infierno. Pero por desgracia lo mataron ayer, lo mataron porque él me salvó la vida. Estaba distraído mirando algo a lo lejos que no me dí cuenta de que estaban a punto de dispararme, él me apartó haciendo que cayera y que él recibiera el impacto de la bala. Poco antes de que eso ocurriera le conté mi motivo por sobrevivir, María; el por su parte, me dijo que esto lo hacia por mantener a su familia ya que al alistarse en el ejército te dan una buena cantidad de dinero.
Aún recuerdo las palabra que me dijo antes de que se fuera para siempre: “Prométeme que vivirás por tu chica, y prométeme que vivirás la vida que yo no podré vivir”, dicho esto cerró los ojos y no se volvió a mover, su pecho ya no subía y bajaba, ya no me apretaba la mano.
Limpié las lágrimas que caían de mis ojos y me concentré en que la cena no se me quemara en el fuego.
Así es como termina este octavo día para dar lugar a otro todavía peor. Ahora nos hallábamos cenando algo de la poco comida que teníamos para subsistir mientras estemos aquí, cuando se acabe tendremos que robarla.
Escuché un ruido cerca de aquí, pasos sigilosos, estaba claro que el que caminaba no quería que lo encontrasen. Me levanté, cogí el primer arma que pillé a mano y caminé en dirección del ruido. Mis pasos eran lentos y silenciosos, doblé la esquina de una tienda de campaña y vi una sombra de un hombre, le apunté con la intención de matarle pero me vio, su reacción no fue como esperaba, pensaba que sacaría otro arma y me apuntaría hasta que solo uno sobreviva, pero al contrario de mis pensamientos, el misterioso hombre levantó las manos y me miró con ojos suplicantes.
-No me mates, por favor- Por ese acento y esa manera de hablar deduje que era portugués. No dije nada, solo mantuve mi posición- Por favor.-
-¿Por qué no he de hacerlo?.-
-Sólo quiero salir de aquí, no voy a hacerte nada.-
Me estaba replanteando seriamente si ayudarle o no, las palabras “no te relajes ante nadie, lo más probable es que sea una trampa” que me dijo el Capitán antes de venir me hacían sentirme inseguro.
-¿Cómo sé que no me engañas y que esto no es una trampa? ¿Qué razón tienes tan importante para que te deje vivir y marcharte?.-
-Yo desde un principio no quería venir, mi padre me obligó para ganarme su respeto igual que hizo con mis hermanos años anteriores, pero yo no valgo para esto, yo no sé luchar para matar a una persona. Ahora mismo lo que más deseo es volver con la chica a la que amo, no puedo alejarme de ella- Su historia, me recuerda a mí. Mientras iba contando solo me imaginaba a María. Este hombre y yo estamos en la misma situación, pero aún no sé si creerme esto o no, pero parece bastante sincero con lo que dice.-
-¿Cuál es tu nombre?.-
-Jesús.-
Resignado bajé el arma y me acerqué a él. No voy a dejarle tirado pero aún no me fío lo suficiente.
-Yo soy Dani.-
Observé a Jesús lo que la luz de la luna me permitía, era un poco más alto que yo, pero y ojos oscuros. En sus manos sostenía algo con fuerza.
-¿Qué es eso?- Pregunté señalando con la cabeza.-
Sin decir nada me pasó un bonito medallón de plata que hasta hace nada parecía que protegería con su vida, lo abrí y había un dibujo muy bien hecho de él, y al otro lado de una chica, muy guapa si digo la verdad. Supongo que será la chica que me dijo.
-¿Lo has hecho tú?- Afirmó- Es precioso.-
-Gracias.-
No tengo nada más en su contra que me haga dudar de él, es que lo miro y me veo reflejado. Nos sentamos los dos en el suelo para hablar.
-¿Cómo pensabas salir de aquí?.-
-Supongo que colándome en algún barco que transporte a los fallecidos.-
-No creo que sea buena idea, si descubren que huyes tus superiores se encargarán de matarte con sus propias manos- El asintió, sabía que estaba en lo cierto.-
-¿Quién es la chica?- Preguntó de repente.-
¿Perdón?- Dije confundido.-
-La pulsera que llevas puesta es de mujer, ¿también hay una chica especial en tu vida?.-
-Sí- Dije en apenas un susurro.-
-¿Quién es? Digo, no me tomes a mal, pero la pulsera parece bastante cara y no mandan a marqueses y príncipes a la guerra- Reí ante su comentario.-
-No es que sea nada de eso, mi novia sí.-
-¿En serio? ¿En España no es de casarse la clase alta con los de su clase y a los demás ni mirarlos?.-
-Sí, pero tras luchar no tienen otro remedio que soportarlo- Reímos.-
-Tienes suerte.-
-¿Y tú?.-
-Se llama Lucía, nos conocimos de pequeños y hace unos meses me atreví a pedirle que fuera mi novia.-
Estuvimos hablando gran parte de la noche, pero ya es hora de que vayamos a dormir si queremos ser útiles mañana. Nos levantamos cada uno dispuesto a irse por su camino.
-Dani, eres bastante bueno, ¿me ayudarás a volver?.-
-Por supuesto.-
-Gracias. Lo mismo digo por ti.-
-Buenas noches.-
Cada uno tomó una dirección diferente. Me fui dentro de mi tienda, me tumbé y me cubrí con la fina manta que tenía. Me quedé pensando en Jesús, en Rodrigo, en María, ¿cómo estará? Mis ojos se fueron cerrando poco a poco conduciéndome a la mejor parte del día: El sueño. El único lugar donde no hay problemas y puedo estar con María el tiempo que quiera, haciendo lo que quiera hasta vivir en esta pesadilla otra vez.
Narrado por Felipe
-Lo siento Señor, no conseguimos encontrar a las Señoritas.-
-¿Qué? ¡Os encargué una misión fácil! ¿Y no sois capaces de cumplirla?- Dije enfadado.-
-Lo siento Señor, yo...- Interrumpí.-
-Retiraos.-
-Pero...-Interrumpí de nuevo.-
-¡Retiraos!.-
Sin decir nada más se fueron. Nadie es capaz de hacer lo que pido, ahora me vienen estos dos idiotas diciendo que no han podido encontrar a Inés y a María, no es tan difícil acabar con ellas. Pero claro, nada de esto pasaría si mi “querido tío” no quisiera que sus hijas fueran las herederas, pero ¿desde cuando eso está permitido? Claro, como es el rey todos le tienen que obedecer. Si mis dos malditas primas no hubieran nacido yo sería el sucesor, y todo el reino sería mío: pero lo será cuando Inés y María queden fuera del mapa, no tendrán otra opción que heredarme a mí todas las tierras.
Como suelen decir, si quieres algo bien hecho tienes que hacerlo tú mismo.

Mañana les haré una visita sorpresa a mis primitas.
---------------------------------------------
PERDON por tardar :SSS Culpad a @mariaagozalvez por distraerme jejejeje bueno aqui esta el capi :)) os quierooooL