Caminé y
caminé, al doblar una esquina del pasillo vi algo que prefería no haber visto,
Antonio estaba secuestrando a María, ¿pero cómo? ¿Por qué? ¿Ella qué le ha
hecho? Dejé mis preguntas a parte y decidí seguirles para saber a dónde la
llevaba.
Bajamos
hasta el sótano, nadie bajaba por aquí, era como una zona abandonada de
palacio, ¿por qué la trae aquí? Abre la puerta de golpe y empuja a María
tirándola al suelo. Me escondo un poco para que no me vean y poder escuchar
todo.
-Bien, por
ahora te quedarás aquí- Dijo Antonio.-
-Antonio,
¿por qué? ¿Por qué me haces esto?- Dijo María ya llorando, no me puedo creer lo
que veo.-
-Bonita, no
eres la única, ¿cómo crees que Inés se cayó por las escaleras?- ¿Ha sido él?
Espera... No puedo creerlo.-
-¿Fuiste
tú? ¿Pero cómo pudiste?.-
-Fue fácil
ya que andaba medio dormida- Sonrió malévolamente.-
-Pues que
sepas que se ha recuperado y yo misma me voy a encargar de que sepa la clase de
persona que tiene al lado.-
-No, no lo
harás porque te quedas aquí- No dejó que María respondiera y se fue.-
-¡Antonio!
¡Antonio joder, sácame de aquí!.-
Salí
corriendo de ahí, ¿qué acaba de pasar? ¿Mi mejor amigo ha encerrado a mi
hermana y ha intentado matarme? Tengo que contarle esto a alguien y que me
ayude. Fui corriendo.
-¡Carlos!-
Dije corriendo hacia él.-
-Inés,
antes de nada deja que te explique, yo...- Le interrumpí.-
-Tú nada,
ya hablaremos de eso en otro momento, ahora hay cosas más importantes.-
-¿Qué
pasa?- Preguntó preocupado.-
-Pues
resulta que Antonio...- A Carlos le cambió la cara- No es lo que piensas, es
que Antonio ha rap...- Me interrumpieron.-
-¡Carlos!-
Sonó la voz chillona de Alba, suspiré.-
-¿Qué
quieres Alba?- Dijo Carlos resoplando.-
-Ven aquí
querido, tenemos mil cosas que hacer, así que deja de estar con estúpidas y
vente con la gente que de verdad vale la pena- Se lo llevó, maldita Alba.-
Ahora tengo
que encontrar a... ¡Dani!
El sí que
me ayudará. Fui camino al escondite, siempre va allí para que no le pillen,
pero Antonio se cruzó en mi camino.
-Hola
guapa.-
-Ho...
Hola- Tenía que sonar tranquila, pero tenía mucho miedo.-
-Tengo que
decirte una cosa- Dijo acercándose a mi.-
-¿Qué...
Qué pasa?.-
-No quiero
que vuelvas a hacer lo que hiciste- ¿Qué hice? Puse cara de no entender- No te
hagas la tonta mi amor- Puso un mechón de mi pelo tras mi oreja- Se de sobra
que me viste en el sótano con María- ¿Cómo lo sabía? Tragué saliva- No lo
volverás a hacer, ¿verdad?- Negué con la cabeza- No se lo dirás a nadie,
¿verdad?- Volví a negar- Bien, pero no me puedo fiar, así que no quiero
arriesgarme.-
-¿Qué?
¡No!- Intenté huir pero me retuvo y me cogió en brazos.-
-Esto es
solo un aviso de lo que te puede llegar a pasar- Me llevó hasta mi cuarto, ¿qué
iba a hacer? Por favor, que no sea lo que pienso. Él se puso encima de mi.
-Esto es lo
que te pasa por meterte en asuntos que no te incumben.-
Se abalanzó
sobre mi y comenzó a besarme, pero no era como los besos que me daba cuando
éramos pequeños, este era salvaje. Obviamente no lo seguí y al parecer eso no
le gustó.
-Escúchame,
esto te lo has ganado tú, así que no me vengas así.-
Volvió a
besarme e intenté separarme como pude, pasó sus manos por mi cintura y las
subió hasta el cierre de mi vestido, no, no y no.
-¡Para!-
Dije a punto de llorar.-
-¡Cállate!
Vas a hacer lo que yo quiera.-
Siguió a lo
suyo sin importarle nada, comencé a moverme sin parar tratando de huir pero él
me apretaba más fuerte. Bajaba lentamente el cierre de mi vestido mientras las
lágrimas caían desconsoladamente por mis mejillas.
-Amor, no
llores, disfrutaremos los dos.-
Eso me hizo
llorar más aún, no quería, Antonio ha cambiado bastante y no esperaba que él,
mi mejor amigo, me hiciera una cosa así.
Bajó sus
besos hacia mi cuello, como detesto esto, cada vez bajaba más mi vestido y yo
estaba inmovilizada. Siguió a lo suyo hasta que la puerta se abrió.
-Inés,
tenemos que... ¿Qué coño haces gilipollas?- Era Carlos, menos mal, no podía
aguantar así.-
Carlos
quitó a Antonio de encima de mi de un empujón haciendo que caiga al suelo, este
se levanta y le da un puñetazo a Carlos en toda la cara originando una pelea.
Yo no podía dejar de llorar, estaba en shock. Cuando quise darme cuenta Antonio
estaba tumbado en el suelo inconsciente y Carlos viniendo hacia mi.
Salté hacia
él y le abracé, le abracé fuerte y él me lo devolvió, en sus brazos me sentía a
salvo, seguí llorando en su hombro mientras él me abrazaba acariciándome la
cabeza.
-Ya pasó mi
amor, estoy aquí y no te dejaré sola, tranquila- Me susurró al oído, me
tranquilizó un poco, pero aún seguía con el miedo metido en el cuerpo- Ven,
vamos- Aún abrazándome salimos de la habitación hacia mi escondite, en estos
momentos no quería que nadie me viera.-
Llegamos
allí y me senté en el suelo apoyando mi espalda sobre la pared, Carlos se sentó
a mi lado y me miró, allí también estaba Dani y se sentó a mi otro lado.
-Sé... Sé
que ahora no te apetece hablar- Me quitó una lágrima- Pero me vas a tener que
explicar que es lo que ha pasado ahí arriba.-
-Es... Es
una larga historia- Dije agachando la cabeza, Dani me la levantó para que le
mirara.-
-Tenemos
tiempo.-
-Está bien,
estaba buscando a Alba y veo a Antonio que se está llevando a María, pero
llevando de con un pañuelo en la boca y eso, les sigo y la lleva al sótano para
dejarla ahí encerrada y escuché lo que hablaban, Antonio dijo que él me tiró
por las escaleras y encerró a María ahí abajo. Salí corriendo de ahí buscando a
alguien y encontré a Carlos, intenté decírselo pero llegó Alba y se llevó a
Antonio, entonces te busqué a ti Dani, y Antonio apareció, me cargó y me llevó
a mi habitación. Cuando llegamos allí, pues..- Hice una pausa, esto me dolía
demasiado- Pues allí intentó forzarme pero por suerte apareció Carlos y Antonio
cayó inconsciente en una pelea. Y eso ha sido todo- Las lágrimas caían sin
control por mis mejillas.-
-¿Estás
diciendo que Antonio ha encerrado a María en el sótano?- Empezó Dani.-
-¿Y te ha
tirado por las escaleras?- Terminó Carlos.-
Asentí débilmente.
-Este se va
a enterar- Se levantó Dani y se fue.-
-¡No Dani!-
Gritó Carlos pero no sirvió de nada.-
-Por favor,
quédate aquí conmigo, no me dejes sola.-
-No me
moveré de aquí- Me sonrió.-
Nos
quedamos mirándonos a los ojos un tiempo y nos acercamos lentamente hasta
juntar nuestros labios. Hace cuanto tiempo que no los probaba, sabían mejor de
lo que recordaba. El beso sabía a amor y anhelo, pero sobre todo amor, el que
uno sentía por el otro. Nos separamos.
-Sé que no
es el mejor momento, pero lo de Alba...- Le puse el dedo en la boca impidiéndole
continuar.-
-No digas
nada, ya me lo han explicado- Nos acercamos y nos besamos de nuevo.-
-Te amo- Me
sonrió.-
-Te amo- Le
contesté sonriendo.-
-¿Eso ha
sido una sonrisa? ¿Ha sido una de tus preciosas sonrisas?- No pude evitar reírme,
es el único que me hace reír en un momento así- Así me gusta, que no se te
borre.-
-Tonto- Me
reí y le besé.-
Narrado por
María
Maldito
Antonio, esto no se quedará así, y mucho menos se casará con Inés para que la
tire otra vez por las escaleras. Tenía las piernas aún adoloridas por los
cortes de los cristales, pero no es nada, se me pasará pronto. Estoy tumbada en
el suelo, casi no me puedo mover, me encuentro demasiado cansada y cierro los
ojos. Oigo pasos acercarse pero no merece la pena ver quién es, la puerta se
abre y los pasos se acercan a donde yo estaba. Me acariciaba lentamente el
pelo, estaba claro que no era Antonio, abrí con esfuerzo un poco los ojos,
cuando se me aclaró la vista lo ví, ví al chico que amo, al que me saca las
sonrisas, lo ví a él, a Dani.
-Dani...-
Dije débilmente, no tengo fuerzas ni para hablar.-
-Calla, no
hagas esfuerzos innecesarios.-
Volví a
cerrar los ojos pero algo me lo impide.
-¿Qué
narices haces aquí?.-
-¿Por qué
tienes a María encerrada?.-
-Eso no es
asunto tuyo, ahora largo si no quieres que te metan preso, o peor, te maten.-
-Prefiero
morir a dejarla a solas contigo después de lo que casi le haces a Inés.-
-¿Ya lo
sabe todo palacio? ¿La niñata esa no se puede callar una o qué?- Dani se
levanta.-
-La “niñata”
esa que dices es mi mejor amiga, y no permitiré que hables así de ella y mucho
menos que hagas lo que hiciste.-
Cerré los
ojos, no podía ver más.
Narrado por
Antonio
Me desperté
con un dolor de cabeza terrible. Carlos se había llevado a Inés, pero no podrán
huir por mucho tiempo. Creo que será mejor ir a ver a María por si Inés se va
de la lengua y dice dónde se encuentra.
Al llegar
estaba ahí, ese tal Dani junto a ella, no saldrá de aquí, al menos con vida.
-¿Qué
narices haces aquí?.-
-¿Por qué
tienes a María encerrada?.-
-Eso no es
asunto tuyo, ahora largo si no quieres que te metan preso, o peor, te maten.-
-Prefiero
morir a dejarla a solas contigo después de lo que casi le haces a Inés.-
-¿Ya lo
sabe todo palacio? ¿La niñata esa no se puede callar una o qué?- Dani se
levanta.-
-La “niñata”
esa que dices es mi mejor amiga, y no permitiré que hables así de ella y mucho
menos que hagas lo que hiciste.-
Me abalancé
sobre él y comencé a pegarle, el hizo lo mismo conmigo. Me hizo una llave
extraña y me tumbó cayendo él sobre mi.
-Soy
experto en artes marciales, cuidado conmigo.-
Me ha
tocado a un chico duro, pero no permitiré que me gane, me levanté con esfuerzo
y lo empujé, se dio con un mueble en la cabeza, yo estaba esperando a que le
saliera sangre o algo pero nada, ¿este chaval es de piedra o qué? Vino
corriendo hacia mí y yo estaba distraído, me empujó contra una estantería lleva
de libros, objetos de cristal y espadas, todo eso cayó sobre mí.
Narrado por
Dani
Lo empujé
con todas mis fuerzas, no dejaré que a Inés o a María les pase algo más. Cayó
una estantería entera sobre él. Asustado me acerqué y comencé a quitar las
cosas de encima suya con cuidado. Me sorprendí, tenía una espada pequeña
clavado en pleno pecho, eso significa que está... Que está muerto, muerto por
mi culpa. Una parte de mí se sentía culpable, y la otra, la gran mayoría no se
arrepentía en absoluto. Cogí a María que estaba durmiendo, me duele muchísimo
el brazo tras el empujón que me pegó y a parte de darme en la cabeza, me clavé
un puñal en el brazo pero no me preocupo, ahora lo que me importa es María. La
cogí entre mis brazos y salí de aquel lugar dirigiéndome hacia donde estaban Inés
y Carlos.
-¿Qué ha
pasado?- Dijo Inés preocupada al verme con María- ¿Qué le pasa ha María? ¿Y por
qué te estás desangrando por el brazo?.-
Dejé a María
en el suelo.
-Antonio
ha... Ha muerto- Dije cabizbajo.-